Sin duda hay gente como yo que no tiene ningún problema ni reparo en comunicarse o relacionarse con otras personas, sean del status, edad, religión o pensamiento que sea. Primero porque soy extrovertida, y segundo porque llega un momento en la vida en que nada te detiene para comunicar lo que piensas y sientes y casi nadie te intimida, porque al final todos somos iguales.
Por Oris Palacios – @cuarentidiva
Pero, toda regla tiene su excepción, existen también momentos y personalidades que si llegas a tenerlos en frente, te quitan el aliento y quedas muda, no sabes qué decir, el tiempo no te alcanza para ordenar las miles de ideas que deseas expresarle.
Para mí una de esas personalidades es el Santo Pontífice, máximo guía espiritual de la iglesia cristiana católica, apostólica y romana.
Por los siglos que tiene esta institución religiosa, evidentemente ha pasado por altas y muchas bajas, pero aquí sigue con todos nosotros (yo incluída en el paquete), confiando en que iremos mejorando cada día más.
Nos ha tocado la gran bendición de recibir en mi Panamá, la extraordinaria visita del actual Papa Francisco; uno de los más queridos y respetados en el mundo entero (inclusive por personas de otras religiones), gracias a su personalidad arrolladora e ideas diferentes al común de los pontífices. Es original, espontáneo, revolucionario, humilde y cercano.
Me quedo meditando, y pienso: “que tal si tuviese yo la oportunidad de estar con él frente a frente y poder hacerle 5 preguntas”
Creo que la primera y super importante sería:
1) Es definitivo que la juventud es la esperanza de todas las iglesias: ¿qué más podemos hacer para que haya más jovenes comprometidos y enamorados de Dios? Sabiendo que él es el todo poderoso que nos permite todo.
Cada vez hay más chicos que prefieren ser “agnósticos” (con respeto para los que así deciden) porque según ellos más pesa la razón, las pruebas y la ciencia que compruebe lo inexplicable, pero como digo yo “cuando vuela la cucaracha o se está callendo el avión todo mundo empieza a rezar a Dios”
2) ¿Qué cree usted que necesita la feligresía para quedarse en nuestra iglesia y no salirse pensando que la solución a sus problemas la va encontrar en otro lado, cuando al final es un mismo Dios para todos?
Creo que hace falta algún tipo de estímulo adicional que no sea tanta monotonía y solemnidad, eso hace una distancia grande, quizás ser más cercanos y actuales ayudaría.
3) ¿Por qué razón todos los sacerdotes no pueden ser como usted? ¿Por qué les cuesta tanto hacer las cosas solo por el placer de ayudar y ya? ¿Nadie les da seguimiento?
A pesar de ser católica reconozco que hay muchísimas fallas como en cualquier institución tan gigante. Me he dado cuenta que algunos sacerdotes solo ven esa misión como un trabajo.
Doy fe de que en dos ocasiones muy delicadas en mi vida (ante dos muertes) he necesitado ese apoyo emocional y he sentido que me han fallado.
Todo por no tener un sacerdote de cabecera.
Sería estupendo que tuvieran mas esa cercanía y contacto para ver las necesidades de su pueblo. Claro, también está en nosotros buscar esa ayuda.
4) ¿Existen realmente secretos ocultos dentro del Vaticano? (Esta pregunta es tan morbosa que me daría hasta pena, pero la curiosidad es más grande).
Algo que toda la vida se ha especulado pero hay tanto hermetismo que para demostrar está bien difícil. Se dice que el estado Vaticano es el custodio de los misterios impensables.
5) ¿No cree usted que sería genial que aprendiéramos a aceptarnos y amarnos y que deberíamos amar y respetar más la naturaleza y los animales?
En una ocasión una persona muy sabia me dijo que me fijara cómo realmente una persona se comporta con los animales; eso habla de lo que hay en su corazón..
Por último me despediría agradeciéndole el hacer la diferencia en un mundo tan convulsionado, el ser tan cercano, humilde y por dar el ejemplo inclusive al rígido organigrama del Vaticano que no da tregua y pretende meter en cintura a un Papa que rompe paradigmas para dar el mejor de los ejemplos; porque esa también es una manera de evangelizar.
Deseándole éxito en todos sus proyectos, bendiciones y que papa Dios me le regale muchos años más de salud y de esa voluntad inquebrantable digna de toda admiración.
Pido mucho por usted mi querido Papa Panchito; espero que no le moleste la informalidad; pero es por puro cariño…
Y tú ¿qué le preguntarías al Papa?
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