Las uñas son para muchas mujeres una de las claves de su look. También debería ser su cuidado. En cuestiones de color el pistoletazo de salida lo dio Chanel hace aproximadamente una década cuando nos abrió un sorprendente mundo de posibilidades (más allá del rojo, el burdeos o el porcelana) y empezamos a pintarlas de verde jade o azul jeans, asumiéndolas como un nuevo, versátil y sorprendente accesorio de moda.
Pero más allá del color, la forma o la longitud, como elementos de moda y de expresión, las uñas desnudas son también una especie de termómetro de nuestra salud y unas chivatas de la buena o la mala vida que les damos. Que parezca que no sienten ni padecen no es un motivo para negarles un cuidado mínimo.
Lee también: Te decimos qué bikini escoger para favorecer tu tipo de cuerpo
Esto es lo que hay que saber y hacer para mantener el buen aspecto de las uñas o evitar males mayores.
- Trata su deshidratación. Al igual que la piel, o incluso más, las uñas pueden sufrir sequedad, lo que se traduce en fragilidad y fracturas. El remedio está en hidratar y nutrir diariamente. Hay muchos aceites específicos y cremas nutritivas para paliar el problema, pero aplicar aceite de oliva y masajear uña también funciona.
2. No limes en zig-zag. No es un gesto tan trivial como creemos, las uñas se deben limar en una sola dirección, desde el borde hacia el centro, utilizando una lima suave, de cartón o de cristal Evita las de metal. Algunas limas, además, tienen varias superficies que ayudan también a pulir y dar brillo.
3. Salir al rescate. Para prevenir y combatir la fragilidad, puedes darles una dosis extra de fuerza con una fórmula específica fortalecedora. Aplícala sobre la uña limpia y sin laca, durante al menos dos semanas y a diario. Estas fórmulas suelen incluir ingredientes similares a los de la uña para hidratarlas, incrementar la concentración de queratina, reducir el riesgo de rotura y favorecer su crecimiento.
4. ¿Uñas amarillentas?. La causa suele ser el tabaco, pero también la absorción de color de algún material con el que la uña ha estado en contacto, el uso de esmaltes con mucho pigmento o la ingesta de algunos medicamentos. Si el problema deriva de la absorción de color, se puede eliminar la mancha con un suave pulido o e productos despigmentantes. Sin embargo, Rosi Fernández, directora del salón Ananda Ferdi, explica que si la mancha se debe al tabaco o efecto de algún fármaco, en este caso habrá que camuflarlo bajo una capa de laca de color. El tono amarillento puede ser también síntoma de una infección por hongos, bacterias, o incluso psoriasis. En estos casos, se impone una cita al especialista.
5. No a los quietaesmaltes con acetona. Es verdad que este ingrediente hace más rápido, fácil y efectivo el proceso de retirada de la laca, pero también es cierto que tiene un elevado coste para la uña, debilitándola, pigmentándola y arruinando su brillo natural. Además, un consejo de uso: no frotar inmediatamente con el algodón empapado, porque así básicamente consigues manchar los dedos. Lo adecuado es presionar sobre la uña durante unos segundos para que gran parte del color se transfiera al algodón.