Aislinn Derbez era en el 2016 la actriz de la que todos hablaban y la modelo que todos querían como su imagen. Su comedia romántica A la mala, estrenada un año antes, la convirtió en una de las artistas más interesantes de su generación, como lo eran Karla Souza y Danna Paola, por ejemplo.
Junto a ellas, la actriz se convirtió en embajadora de la marca francesa L’Oréal para su línea Elvive Caída Resist. El día de su presentación, Delphine Aphecetche, entonces directora de una marca de belleza, la llenó de elogios, «fuerte, bella, carismática y talentosa», atributos que la hacían una «digna y perfecta» representante de los valores de la marca «glamour, fuerza, belleza y autenticidad».
Derbez, por su parte, se sentía en un sueño pues, según sus palabras, la firma siempre la había inspirado y motivado a creer en la grandeza que cada mujer tiene. «Estoy contenta de representar un mensaje como el ‘Yo lo valgo’ que alienta a las mujeres de todas las edades a siempre sentir confianza en ellas mismas».
Sin embargo, la que hubiese sido una perfecta relación se rompió el día que Aislinn decidió sumarse a otro proyecto relacionado con las mujeres, pero que hasta hoy sigue siendo un tema tabú: la menstruación.
El diferendo comercial entre Aislinn Derbez y L’Oréal comenzó el mismo año en que la actriz se sumó a la campaña de la empresa francesa. A finales de 2016, Aislinn habría solicitado permiso para participar con la la marca Saba —dedicada a productos de gestión menstrual y cuidado íntimo— de manera simultánea a los de la firma europea.
La marca de belleza no lo habría aprobado pues, según dijeron, la también influencer se había comprometido a una exclusividad de dos años, pero su abogado Luis Cervantes reveló después que hubo una molestia por ver a la mexicana en una campaña que consideraban «sucia y desagradable».
Se interpuso una demanda de la marca de belleza en contra de Derbez por 8 millones de pesos por presunto incumplimiento de contrato, pero la actriz contrademandó por discriminación laboral por motivo de género e interpuso una queja en el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).
«(Saba) Maneja productos de higiene íntima, los cuales debido a su naturaleza no son compatibles con los que manejan ellos, puesto que se dedican a la promoción de productos de belleza encaminados a enaltecer la feminidad y hermosura de la mujer, de su cabello y de su cara, lo cual no se ve reflejado con productos relacionados con la menstruación, dando a entender que la menstruación es algo que se presume sucio o desagradable pese a que es algo natural propio de la mujer», contó el abogado Cervantes en posteriores entrevistas.
Poco después se filtraron otras cláusulas (comunes en esos contratos de marcas de lujos asociadas con la belleza), que incluían evitar sesiones fotográficas o películas con contenido explícito, cortarse o pintarse el cabello, cambiar de peso o someterse a cirugías estéticas, por ejemplo.
De este capítulo han pasado casi seis años sin que haya alguna resolución.
Cervantes ha logrado establecer que la firma es quien se negó a usar la imagen de la actriz y ella siempre estuvo a disposición para cualquier llamado. La última vez que los apoderados de ambos se encontraron en tribunales fue en septiembre de 2022.
Aislinn no ha vuelto a ser imagen de los franceses y su contrato con Saba concluyó en 2020, cuando Regina Blandón se sumó a la nueva campaña.
Un tema del que nadie quiere hablar pero urge visibilizar
Saba, por su parte, se benefició con la polémica para visibilizar el tabú alrededor de la menstruación.
Según datos de 2017 de la empresa, tan solo en México 7 de cada 10 mujeres se sentían incómodas en situaciones sociales durante su periodo. Además, según la UNESCO, en algunas partes del mundo, 2 de cada 3 niñas decían no saber qué les estaba pasando en su su primera menstruación.
Seis años después, el panorama ha cambiado poco: el 69% de las personas menstruantes ha tenido poca o ninguna información cuando les llegó su primera menstruación; y el 56% comentó que su escuela o lugar de trabajo no provee gratuitamente los productos de gestión menstrual, de acuerdo con datos de la Primera Encuesta Nacional de Gestión Menstrual.