El multimillonario y filántropo Bill Gates está “preocupado” por el destino de la economía global y considera que los inversores bajistas u “osos” (pesimistas del mercado bursátil) tienen “un argumento bastante fuerte” sobre una eventual desaceleración económica.
En una entrevista el domingo con CNN, el fundador de Microsoft habló de un plan de US$ 1.000 millones para responder con mejor efectividad a futuras crisis económicas generadas por pandemias. También mencionó el conflicto en Ucrania como catalizador de esa posible ralentización.
Los niveles de deuda del gobierno de los Estados Unidos eran “muy, muy altos” debido al coronavirus, recordó el cuarto hombre más rico del mundo, según el último ranking de Forbes. “Y ya había problemas en la cadena de suministro”.
“Es probable que (la guerra) agilice los problemas inflacionarios que tienen las economías del primer mundo y fuerce un aumento en las tasas de interés, lo que eventualmente resultará en una desaceleración económica”, agregó.
Si para el primer mundo hay malas noticias, para los países en desarrollo hay peores. Gates asegura que las necesidades de salud de las naciones más pobres, y puso como ejemplo a África, quedarían en un segundo plano y se verían considerablemente afectadas por “estos grandes problemas de presupuesto”.
“Me temo que los bajistas tienen aquí un argumento bastante fuerte que me preocupa mucho”, señaló.
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Mal pronóstico para la economía global
El Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó el mes pasado su pronóstico de crecimiento mundial, más que durante los primeros meses de la pandemia, y proyectó una inflación aún más rápida debido a la guerra en Ucrania y las nuevas medidas de cierre en China por el virus.
“Las perspectivas económicas mundiales se han visto seriamente afectadas, en gran parte debido a la invasión rusa de Ucrania”, dijo a mediados de abril Pierre-Olivier Gourinchas, economista jefe del FMI, en una conferencia de prensa. “Esta crisis se desarrolla porque la economía global aún no se ha recuperado completamente de la pandemia”.
Las sanciones que EEUU y sus aliados impusieron a Rusia son uno de los principales factores que contribuyen a la baja de la perspectiva de crecimiento global del FMI, mencionó Gourinchas.
Según el FMI, el aumento de los precios en todo el mundo no muestra signos de disminuir, incluso si los problemas de la cadena de suministro se aminoran. De ahí que se espera que la inflación se mantenga elevada durante todo el año, proyectándola en 5,7% en las economías avanzadas y 8,7% en los mercados emergentes.
Entretanto, la Reserva Federal y otros bancos centrales de las principales economías del mundo aumentan las tasas de interés para contrarrestar la inflación, lo que también exacerba las preocupaciones de que se desencadene una desaceleración que conduzca a una recesión económica.
Por el momento, Wall Street está dividido sobre cuán seriamente la economía puede verse afectada por la inflación, y existen algunos indicios de que el aumento de la inflación puede haber alcanzado su punto máximo.
“Si vamos a tomarnos en serio la prevención de la próxima pandemia, no solo debemos volver a los niveles de ayuda anteriores a la COVID-19, sino aumentar las inversiones para fortalecer los sistemas de salud (lo que también ayudará a reducir la brecha de salud general entre los ricos y los pobres)”, escribió Gates en su blog.