Mi abuela es una de las personas más importantes en mi vida. Marcó muchísimo mi niñez, con ella aprendí tantas cosas. Me enseñó a ser responsable, a leer, a respetar a los mayores, a dar lo mejor de mi, a hacer las cosas con amor y pasión. Y claro, también a ver novelas, a ser dramática, hablantina y a comer pan dulce de merienda.
Por Martha López
Pasé una niñez tan feliz y eso abuelita, fue gracias a ti…
Gracias por estar conmigo en todo momento, por darme esa seguridad que uno de niña y adolescente tanto necesita. Gracias por formarme como mujer, por corregirme cuando debías hacerlo. Sobre todo, gracias por enseñarme con tu ejemplo.
Mi abuelita es una mujer bondadosa, da hasta lo que no tiene, ayuda a los demás sin esperar nada a cambio. Admiro la cercanía que tiene con sus hermanitas (son 6 por todos, dos ya murireron) se hablan, se aconsejan y se aman mucho a pesar de sus años.
¿Qué momentos recuerdo más a tu lado?
Pues cuando llegaba del colegio y me recibías con un gran abrazo, nuestras tardes juntas, los momentos en la tarde en los que comíamos lo que se nos antojaba, nuestras pláticas, las idas a misa a las 6:30 a.m. en las que nos encontrábamos a las otras tías, las veces que te acompañaba al doctor, nuestros desayunos juntas, todos los momentos en que lloraba a mares cuando mi mami decía “hoy no te puedes quedar donde la abuela”…
Hay tanto que recordar y nada por volver a vivir. Pero sabes, estos recuerdos siempre están en mi corazón. Y aunque pase y pase el tiempo NUNCA se van a borrar, forman parte de mi esencia.
Si me dieran permiso de retroceder el tiempo, no cambiaría nada, ni siquiera los disfrutaría más porque ya los disfruté al máximo y más no se puede.
La verdad, para serte sincera, siempre pensé que lejos de ti no podía vivir. Un día se me presentó la oportunidad de emigrar e irme de mi país de origen y, aun que no lo creas, pensé mucho en ti. ¿Cómo voy a hacer para vivir lejos de mi abuelita? Esto daba vueltas por mi mente.
Este tiempo separadas ha sido difícil, gracias a la tecnología, a la cual te acoplaste por amor a tu nieta, todo ha sido más sencillo. Sabes, cada día te extraño mucho y siento que es tiempo que podría estar pasando contigo. Pero, nos queda mucho por vivir, abuela. Aunque te la pases diciendo que ya estás demasiado “viejita”, para mí eres la misma de hace 28 años.
Gracias por ocupar una parte tan importante en mi corazón, gracias por ser la abuela indicada para mi. Te conozco tanto que sé que ya estás llorando al leer estas líneas. Claro, yo soy igual de sentimental que tú.
Sigamos viviendo nuestro amor de abuela y nieta como hasta ahora y por siempre.