¿Cuántas veces te han invitado a una boda? Siempre, por amabilidad, respeto, educación o cariño decimos a los novios: «tu boda estuvo estupenda», «me encantó todo». Pero, ¿realmente piensas eso?
En una boda, pasan muchísimas cosas. Es un evento en el que pueden ocurrir circunstancias inesperadas. Por mucho que los novios inviertan en ella, los invitados siempre tendrán un «pero».
Ni todos los enlaces son tan especiales, ni todos los novios los mejores del mundo y hay cosas que no se suelen decir en voz alta como…
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«No me gusta el vestido de novia»
Déjate de eufemismos y de «bueno, yo no me lo pondría, pero es muy ella». No te gusta y punto. Vale que no se lo digas a la cara, pero tampoco hace falta que te pases la boda comentando con unos y con otros que qué buen gusto tiene.
«Ha sido la ceremonia más lenta de la historia»
Nos quejábamos de las misas de una hora, pero en los últimos tiempos se nos está yendo de las manos el momento ceremonia civil oficiada por los amigos. Los discursos suelen ser demasiados largos.
«Les doy un año» [aquí el tiempo puede variar]
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«Esto dieron de recuerdo???»
Nunca llueve a gusto de todos. Y menos en lo que se refiere a souvenirs bodiles. Si nos dan unas alpargatas porque nos las dan y si no, también mal. Figuritas, abanicos, imanes, muestras de perfumes, abridores… Hay un momento en toda boda que aquello parece un mercadillo.
«La comida estaba regular»
Esa es la realidad de las bodas, pero tómatelo con humor… Lo importante es que los novios disfruten su enlace al máximo.
Información de www.huffingtonpost.es