Realmente ¿perdemos a nuestros abuelos y abuelas por completo? eso me preguntaba hace unos meses.
Por Zuleyka Alonso – contaconesycafe
Las despedidas no son sencillas y menos cuando nos dicen que son para siempre, lo cierto es que son parte de la vida y es sano afrontarlo con resiliencia.
Aún recuerdo aquel día, parecía ser un día regular, entraba y salía de reuniones, revisaba correos y respondía uno que otro mensaje por whatsapp.
Estaba tratando de acelerar el ritmo para hacer una pausa y almorzar. Hasta que vi la notificación de un mensaje en el grupo de whatsapp, donde nos manteníamos al tanto de la salud de mi abuela.
Este era el mensaje: “Lamento informarles que mamá acaba de fallecer”
Mi mundo se detuvo por un segundo y solo pude gritar con un profundo dolor y en negación total a lo que leía: ¡No!, ¡No!, ¡No!, ¡No puede ser!; las lágrimas inundaron mis ojos.
En casa la escena les resultaba algo confusa, pero bastaron segundos para entender lo que realmente había pasado.
Me senté al lado de mi hijo y me dijo: “Mami, mira el cielo se ve bonito ahora, es porque abuelita está entrando al cielo” miré afuera y se veía hermoso y despejado, hasta pude visualizar una posible entrada, lo cual llenó mi corazón y validé lo que él me decía.
Sus palabras, fueron un bálsamo para mi alma en aquel difícil momento.
El día de la despedida, el sacerdote dijo: “Estamos aquí para celebrar la vida, porque cuando morimos, el cuerpo se desintegra, pero el alma trasciende y empieza la vida eterna. Ahora no hay dolor, no hay enfermedad y no hay sufrimiento.”
Mientras asimilaba esas palabras, logré imaginar a mi abuela en un lugar mejor, y eso llenó mi corazón de paz.
¿Y los siguientes días? ¿Cómo afrontarlo?
Cada uno experimenta y vive una pérdida a su manera, no somos iguales pero si pasamos por fases similares, entenderlas nos ayuda a afrontarlo con mayor resiliencia.
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Fases comunes:
Negación: buscamos negar esa realidad para disminuir el dolor ¡no puede ser! tal vez se han equivocado.
Emociones a flor de piel: puedes pasar de culpar a alguien o algo con frustración ¡Fue culpa de x medicamento!
También pensar en una fecha especial que ya no será igual y te llena de tristeza “Me duele pensar que no escucharé su dulce voz en mi próximo cumpleaños”
Asimilación: ¡Era su momento de partir!
Acomodación: Piensas en él o ella y te trasladas al lugar donde vivía. Y en segundos recuerdas que ya no está.
Ya sé que no volverá, ¿hay algo que pueda hacer?
No existe una fórmula que nos funcione a todos, pero hoy quiero regalarte la que hasta ahora, me permite recordar a mi abuela con una sonrisa.
“El carrusel de los recuerdos” básicamente es una recopilación mental de mis momentos favoritos a su lado, usarlos como un ancla de recordación al pensar en ella, me hacen recordarla con amor.
¿Cómo hacerlo? Tómate un tiempo y espacio adecuado para pensar y anotar
¿Cuáles son tus mejores recuerdos?
Me consentía sobre todas las cosas.
¿Qué te enseñó?
Fue mi guía espiritual desde muy niña
¿Evento chistoso juntos?
Yo decía que hacía dieta con ella, “a mis 4 años” pero solo me interesaban las frutas.
¿Alguna frase o algo especial que la caracterizaba?
Tenía una oración para todo, incluso cuando se perdían las cosas
¿Cuál fue su legado?
El rezo del rosario.
Responder las preguntas te llevará a esos momentos que son duraderos ¿Ya lo intentaste?
Afrontarlo también es entender y confiar que el tiempo de Dios es perfecto, que solo él sabe el lugar, hora y día exacto y que a través de él también podemos encontrar fortaleza.
La vida continúa, y los que aún seguimos nos toca avanzar, honrar su vida de inicio a fin y recordar que el amor verdadero trasciende, el recuerdo de las vivencias se vuelven tesoros invaluables e imperdibles.
Entonces, realmente ¿los perdemos por completo? he llegado a concluir que mientras viva en tu corazón, seguirá vivo en tus memorias.
Si te gusto la nota sigue a Zuleyka Alonso
Escritora, Psicóloga y Coach de vida
Autora de Avanza y vive consentido