Si no piensas como yo “TE VAS”… ¡Hay personas que lo dicen o que quisieran decirlo y no lo hacen ¿Cuántas veces has trasmitido este mensaje de manera literal o incluso a través de acciones que tomas o frases similares? Aquí surge la pregunta… ¿Qué hacer cuando otra persona no piensa como tú?
De forma automática muchas veces transmitimos un mensaje de defensa. Siendo este de la “identidad personal” o del “pensamiento individual” respecto a una situación que involucra otra persona.
Por Ani Rodríguez – @proideha
Es más fácil quedarse en lo aprendido que respirar, detenerse y crear una nueva posibilidad de respuesta. Utilizar el potencial de nuestro cerebro es precisamente eso: combinar información guardada con nueva información.
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Comprender claramente que todos los seres humanos tenemos una necesidad reptiliana de “SER PARTE DE…” “FORMAR PARTE DE…”. Nos impulsa a considerar que al mencionar frases tan rígidas de flexibilidad del pensamiento. Estamos separando a los demás de nuestro entorno.
Y esto sucede con nuestros afectos más cercanos, en el caso de nuestros hijos al tomar una reacción de rechazo o regaño. Como por ejemplo cuando no hizo algo cómo lo queríamos o cuando lo queríamos. Estamos “SEPARANDO” este afecto, al hacerlo parecer diferente. En su cerebro se inserta un cuestionamiento de que él está mal y no forma parte de algo. En los niños puede generar bloqueo e impactar en nuestra relación de confianza con ellos.
¿Y cómo ocurre con nuestra pareja?
En el caso de tu pareja, es exactamente lo mismo al decir frases como “si no te gusta, te vas” “yo soy así” “si te molesta algo, vete”. Este tipo de comentarios es un mensaje directo a no querer comprender la postura o visión del otro y tener flexibilidad cognitiva para encontrar una vía común o un ajuste que coincida con el gusto de ambos.
Cuando llevamos esta postura a equipos de trabajo, encontramos a personas que les cuesta cambiar su pensamiento inicial y complementarlo con el de sus compañeros por pensar que es el único o el mejor. Tener una estructura de pensamiento abierta al aprendizaje es buscar en el momento de “diferencias de opinión” la forma de mezclar, unir y complementar ambas ideas para convertirla en una nueva idea mejorada.
Incluso tu idea puede ser muy buena y tener múltiples beneficios para el grupo. Sin embargo, al imponerla y no saber conectar de manera empática con tu entorno el resultado es “ALEJAR” a todos. Incluso tus más grandes afectos. Y como ya lo mencioné anteriormente, nuestro cerebro necesita sentir que formamos parte de algún grupo social en el que tengamos impacto. Un grupo al que le brindemos nuestras cualidades y estas sean reconocidas.
Imponernos no hará que esta aceptación espontánea de inclusión o pertenencia se cree.
De hecho, lo puedes ver en las familias con normas tan estrictas que impulsan a sus hijos a irse temprano de la casa, pues no existe una confianza de comunicación que les permita sentirse parte “aceptada” de la familia. En consecuencia, por sentir tanto cuestionamiento, deciden incluirse en otros círculos sociales.
Sin embargo, la formula aprendida de manera inconsciente de estas personas es la misma y tienden a repetir esta situación de “IMPONER SUS IDEAS O PENSAMIENTOS” en los otros círculos en los que deciden forman parte. Y en un período de tiempo terminan siendo los que alejan a sus afectos de su entorno.
Entonces, se acostumbran a la sensación de nostalgia de compartir con seres queridos. Acompañado de sentimientos de culpa por haber actuado de tal o cual manera. Esto sucede en perspectiva de manera consciente. Cuando las personas se dan cuenta del tiempo que no aprovecharon en compartir uniendo pensamientos, sino que tomaron decisiones unilaterales. Emitiendo sus pensamientos individuales sin practicar la empatía en su entorno.
Si has llegado hasta aquí y te sientes identificado con las diferentes situaciones en las que caemos al no poner en práctica la flexibilidad cognitiva.
¿Te sigues preguntando qué hacer cuando otra persona no piensa como tú?
Te dejo tres tips que puedes incorporar en tu día a día para conectar tus ideas diferentes a las ideas de tu entorno, sin generar SEPARACIÓN, sino por el contrario convertir ideas diferentes en “IDEAS PODEROSAS” al estar complementadas.
- Lo que dirás aporta, mejora o soluciona una situación para la otra persona a la que te diriges. Si no cumple estarás tres funciones, mejor no manifestar esa opinión. Recuerda que sinceridad no es afectar el autoestima de otro. Eso es atacar a la otra persona. Y al atacar recibirás de vuelta otro ataque. El resultado puede ser un círculo vicioso innecesario.
- Identifica el objetivo común, es perfecto para unir las ideas; ya que tu cerebro se programa para ubicar una solución en torno a las variables indicadas. Es decir, dos ideas y un resultado común. Usa tu cerebro a tu favor y no en tu contra. Amplíalo incluyendo la información de los diferentes puntos de vista para mejorar las soluciones.
- Haz al menos tres propuestas de acción en torno a la diferencia suscitada. Recuerda que tu cerebro tiene la capacidad de crear posibilidades, es una computadora maravillosa. Cuando decides proponer al menos tres alternativas lo pones a trabajar y te sorprendes con encontrar ideas mucho mejores que la inicialmente planteada por ti.
Recuerda en nuestra mente lo que sucede primero es el pensamiento y no la emoción, nuestra zona prefrontal es casi el 50% de nuestro cerebro y es dónde está nuestra parte analítica, es lo que nos diferencia de los animales. Es decir, el “pensar” antes que el “sentir” es la cualidad que nos hace humanos para racionalizar nuestras acciones y no caer en impulsos.
Por ello concientizar que pensamos antes de sentir, es parte importante de mantener nuestra mente entrenada y va de la mano con un principio de socialización importantísimo y es “Sé impecable con las palabras”, si no logras dominar la pulcritud de tus expresiones, no logarás la armonía que deseas mantener en tus relaciones.
Hay muchos choques emocionales guardados en nuestra mente subconsciente que se originaron por una frase escuchada en la infancia, que les dejó huellas y condicionan el comportamiento de adultos.
Romper la tendencia empieza en nuestra decisión de mejorar la manera de expresarnos y esa empieza con nosotros mismos. Si eres una persona que exige mucho a su entorno, que no tienen tanta flexibilidad con las opiniones de terceros, probablemente sea muy autoexigente y no tolere sus propias equivocaciones. Nada más doloroso que vivir cada día en un constante autoexamen. Eso son patrones aprendidos, empieza a ver en donde no aceptas equivocaciones, en dónde no aceptas que los demás se equivoquen porque es allí en dónde debe empezar a flexibilizarse el pensamiento incorporando nueva información y nueva formas de proceder.
Espero lo pongas en práctica y mejore rotundamente el entendimiento a tu alrededor y cambiemos los “Si piensas diferente a mi, te vas” por “eso que dices es genial y mejor si lo unimos con…”.
¡Hasta la siguiente habilidad!