Hace un par de meses atrás, para ser exacta 5 meses, emprendí una nueva aventura en mi vida. Decidí por cuarta vez mudarme de país y apretujar dentro de dos maletas mi vida entera, lo mucho o lo poco que podía traer conmigo. Mudarme, esta vez y las anteriores han sido sin duda las mejores decisiones que jamás había tomado.
Por Gisela Alvarado
Desde hace 10 años atrás estoy mudándome, explorando y buscado mi lugar. Desde ese tiempo he estado viviendo en diferentes lugares y en países, los cuales me han enseñado y me han hecho la mujer que soy hoy.
Cuando te mudas, cuando lo dejas todo atrás: familia, amigos, costumbres, una vida entera y conviertes tu vida en un viaje e incertidumbre, creces. Te enfrentas a nuevos retos, descubres en ti facetas que desconocías. Simplemente te dejas sorprender por el mundo. Sin duda alguna aprendes y al mismo tiempo desaprendes, a base de algún golpe o de algunas experiencias y lecciones que nos da la vida. También, crecemos en humildad, evolucionamos y creamos esos recuerdos que nos acompañarán durante toda la vida.
La primera vez que decidí mudarme a otro país fue hace más de 10 años, tan solo tenía 21, y lo hice sola. Dejé mi país y mi ciudad en la cual había vivido durante toda mi vida, deje familia, amigos y hasta la universidad, literalmente decidí comenzar de cero.
Como lo mencioné al principio de esta nota, me he mudado cuatro veces, Panamá (PTY), New York (USA), Sevilla (Spain) y ahora West Palm Beach (USA). En algunos lugares viví varios años y en otros solo unos pocos meses.
Al mudarte de país hay cosas que sin duda cambiarán, no importa si es cerca o lejos de tu país natal, no importa si se habla o no el mismo idioma, lo que importa es que TODO cambia.
Adaptarse a lo nuevo
Desde el momento en que tomamos la decisión de mudarnos, nuestra vida se convierte en una mezcla de emociones. Hay sentimientos encontrados y ya en tu vocabulario, no existe la palabra rutina, ahora solo existe adrenalina.
Esa emoción de conocer lugares nuevos, costumbres y personas es la mejor sensación. Llegas a comprender que la valentía está sobrevalorada, ya que muchas personas te dirán que eres muy valiente al tomar la decisión de irte, que ellos quisieran hacer lo mismo pero que tienen miedo. Lo que no saben es que también tu sentiste miedo, pero sabes que la valentía no es más que el 10% y el otro 90% son las ganas de hacerlo.
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Otra de las cosas que aprenderás es a despedirte. Sabrás que muchas cosas y personas solo están de paso, conocerás exactamente el equilibrio entre crear lazos y ser más desprendido. Simplemente aprendes a disfrutar más de las cosas, de las personas, del tiempo.
De repente te das cuenta que eres mucho más libre, que has cambiado que has crecido, que el concepto y la sensación de libertad es muy distinta a la que conocías. Te das cuenta que si has podido hacer cosas en un lugar diferente al tuyo, a miles de kilómetros de la familia y del hogar, sabes y estas completamente seguro de que puedes lograr lo que desees.
Mi recomendación es vivir esta experiencia de alguna u otra manera. Quizás no mudarte permanentemente, pero si viajar o vivir por alguna temporada lejos de lo que conoces. Salir de la zona de confort y así les aseguro que regresarán siendo otra persona.
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