¿De qué hablamos cuando hablamos de carácter emprendedor? Emprender es para cualquiera, pero no todos pueden emprender porque hace falta un carácter especial.
Ser emprendedor es un título de moda. Básicamente llamamos así a las personas con el coraje de hacer realidad su idea de negocio, pero el emprendedor es más que eso; emprender implica un estado de ánimo, una actitud, una pasión y una obsesión por ser diferente.
Emprender también puede ser un problema del cuál nosotros, los periodistas, somos corresponsables. Lo afirmo porque tanta difusión de los beneficios de emprender fomenta en las personas la creencia de que es sencillo y efectivo, sin saber si tienen las habilidades y el carácter necesarios. Son personas con muchos sueños, pero con posibilidades concretas de no poder cumplirlos.
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¿De qué hablamos cuando hablamos de carácter emprendedor? Simplemente de un conjunto de actitudes necesarias para persistir hasta cristalizar el proyecto. Algunas de estas actitudes son:
1) Poseer los dos opuestos
Es decir, ser duros y flexibles a la vez. Por un lado, debe ser lo suficientemente fuerte y rígido para atravesar el mar de críticas, errores y caídas sin desenfocarse. Y al mismo tiempo, ser lo suficientemente flexible para hacer los cambios necesarios en los momentos precisos.
2) Aceptar la incertidumbre
De antemano, parece sencillo ir hacia delante sin saber cuánto dinero va a ingresar o cuánto demorará el mercado en aceptar el producto, pero cuando llega el momento de la verdad y la incertidumbre puede convertirse en angustia. Es el momento en que muchos empiezan a extrañar la seguridad del salario y la nostalgia puede vencer a la ilusión.
3) Alma de comodín
El emprendedor debe ser capaz de tirar el córner y cabecear al mismo tiempo. Todo el tiempo tiene que estar atento para resolver conflictos y desafíos con creatividad, inteligencia y flexibilidad. A diferencia de los negocios ya establecidos o profesiones asalariadas, las respuestas y soluciones no se encuentran en manuales, libros o reglamentos sino dentro del propio emprendedor.
4) Emprendeculturista
El emprendedor arranca desde cero en todo sentido. Y debe contar con habilidades especiales que no tienen todas las personas: Humildad y Paciencia; dos músculos internos necesarios para no sucumbir.
5) Algo más que pasión y buenas ideas
Además, hay que tener fuerza mental y física para iniciar un emprendimiento. La buena salud espiritual, mental y física es fundamental.