Anna Delvey se hizo mundialmente conocida gracias a ¿Quién es Anna?, la serie de Shonda Rhimes para Netflix que contó cómo esta estafadora rusa-alemana se abrió hueco entre las altas esferas de Nueva York. El éxito de la ficción hizo que muchas personas se interesaran por esta figura que, en 2019, fue condenada a entre 4 y 12 años de prisión tras estar acusada de hasta ocho cargos, entre los que se incluían hurto mayor y robo de servicios. Y ha sido tanto el interés que ha generado que incluso ha logrado salir de la cárcel gracias a esta ficción estrenada a comienzos de 2022.
Por contextualizar, Delvey, que se hizo pasar por una rica heredera para estafar a bancos, hoteles y gente adinerada, ya fue puesta en libertad en febrero de 2021 por buena conducta, pero los servicios de inmigración volvieron a detenerla en abril de ese mismo año por haber sobrepasado la validez de su visado. Ahora, ha vuelto a salir de prisión tras pagar una fianza de 10.000 dólares y encontrar una residencia fija en Estados Unidos donde permanecer bajo arresto domiciliario, que eran los puntos que el juez le requería para salir de prisión.
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Como es obvio, tales requisitos económicos no están al alcance de cualquiera, y mucho menos de una persona en prisión que estuvo tan repleta de deudas como Anna Delvey. De hecho, Netflix le pagó 320.000 dólares por los derechos de la serie y se quedó sin prácticamente nada tras pagar una multa de 24.000 dólares, otros 199.000 como restitución y 75.000 de honorarios de abogados. Además, para acceder al apartamento de 5.000 dólares mensuales que ha podido alquilar ha tenido que pagar tres meses por adelantado, lo que suma otros 15.000 al ya de por sí elevado precio de la fianza. Pero su fama por ¿Quién es Anna? le ha ayudado a costear su puesta en libertad sin mucha dificultad, puesto que el público se ha interesado en la compra de las pinturas que ha hecho en la cárcel.
Según informan medios como Page Six, aún entre rejas pudo organizar una exposición y vender su arte a través de Instagram, donde gracias a la serie de Netflix tiene más de un millón de seguidores a los que exponer sus obras. Esto le ha permitido obtener altas sumas de dinero de forma recurrente, poder pagar sus deudas y hacer frente a los costos legales de su salida de prisión. Y es que muchos de los curiosos que han conocido sus estafas gracias a la ficción protagonizada por Julia Garner no han podido resistirse a tener este vínculo con ella, habiendo gente muy dispuesta a vaciar su cartera por un objeto u obra de la auténtica protagonista del éxito de Netflix.
La situación nos deja claro el poder llega a tener la ficción, que con simplemente narrar una historia real ha terminado escribiendo por sí sola el futuro de este relato y despertando un fenómeno que de otra forma difícilmente hubiera ocurrido. Es decir, que sin la serie de Netflix es probable que nadie se hubiera interesado por Anna Delvey, sus pinturas o por comprarle alguna de sus obras, lo que se hubiera traducido en que seguiría en prisión sin poder hacer frente a los costes legales para salir de entre rejas.
Sin embargo, su nueva situación legal le ha puesto un obstáculo en este negocio. El juez dictaminó que estando bajo arresto domiciliario no podrá publicar en redes sociales “ni directamente ni por medio de un tercero”, lo que le impedirá seguir promocionando sus pinturas e incluso realizar las ventas por las que consiguió pagar su salida de la cárcel. Aún así, viendo lo bien que se las ha ingeniado hasta ahora, no sería extraño que encontrara una solución. Por ahora, los planes de Delvey pasan por apelar tanto su condena penal como su deportación.
