El jueves 8 de septiembre, una noticia sacudió al mundo entero: a los 96 años y tras siete décadas en el trono, murió la reina Isabel II. El hecho protagonizó las noticias a nivel internacional al mismo tiempo que, en Reino Unido, tanto los medios como las calles se vistieron de luto. Casi una semana después, el cuerpo de la monarca -quien se encontraba en Escocia al momento de su fallecimiento- llegó a Londres, en donde se llevó a cabo una procesión que culminó en el Palacio de Westminster. En medio del inicio de lo que será un velatorio de cuatro días, un soldado real perdió el conocimiento mientras hacía guardia junto al féretro.
Tras semanas de incertidumbre y preocupación por la salud de la reina, el pasado jueves, desde el Palacio de Buckingham confirmaron que había muerto. Al dolor de la noticia se le sumó la complicación del contexto: su muerte coincidió con una visita oficial a Escocia, lo cual implicó un complejo protocolo de traslado.
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Finalmente, el 14 de septiembre, el féretro llegó a Londres, en donde fue recibido por su hijo y sucesor, Carlos III. Una vez en la capital inglesa, realizó una procesión desde el Palacio de Buckingham hasta el Palacio de Westminster, en lo que fue el primer gran evento en su honor. Es allí donde se instaló una capilla ardiente – más precisamente en el Westminster Hall- por donde pasarán cerca de 400 mil personas en lo que será un velatorio que se extenderá por cuatro días hasta que llegue el lunes, día en el que tendrá lugar el funeral de Estado.
De acuerdo al protocolo y a la tradición, alrededor del ataúd se ubicaron múltiples guardias y, durante el primer día de velado, uno de ellos protagonizó un incidente. Según pudo verse en el video, el hombre perteneciente a Compañía Real de Arqueros comenzó a tambalearse hasta que, desmayado, se desplomó golpeándose la cara contra el suelo a pesar de los intentos de su compañero, quien intentaba sostenerlo sin abandonar su puesto. Rápidamente, dos policías se acercaron a él para socorrerlo.
Las redes hicieron eco del episodio y, en cuestión de minutos, la filmación se convirtió en el centro de debate a medida que los usuarios teorizaban sobre el motivo de la descompensación.
Charlie Proctor, corresponsal de la familia real y editor en jefe de Royal Central, informó a través de su cuenta de Twitter que, debido a la caída, pusieron en pausa la procesión de gente. Minutos después, detalló: “El guardia está recibiendo atención médica. Mientras tanto, se llevó a cabo una rotación de la guardia y el público ahora puede continuar caminando junto a la reina”.
Aunque no se supo el motivo de la descompensación, el periodista aclaró que se tomaron medidas para evitar sucesos similares. “Si uno de los guardias se siente mal durante la Vigilia, se le ha dicho que levante la cabeza -por tradición, todos deben mantener la mirada en el suelo-. Esto alertará al guardia superior y se realizará una rotación”, explicó junto a un video que ejemplificaba el cambio de soldados. Por ahora, no trascendió ningún otro hecho que haya interrumpido la ceremonia.