Nuestro mundo corría de prisa y de repente se detuvo. Debíamos quedarnos en casa por el bien de nuestra salud y la de nuestros seres queridos. Empezamos a canalizar la ansiedad y el temor por la pandemia a través de las redes sociales, y honestamente a los pocos días yo fui una de las que se abrumó, y decidió poner todo en MUTE.
Por Daisy Serracin – @daisyserracin
En esta ocasión les compartiré mi historia personal durante esta cuarentena, es la primera vez que exteriorizo lo que pasó por mi cabeza en estos días de pausa y las acciones que tomé.
Muchas personas decidieron aprovechar este tiempo para trabajar en proyectos que tenían en espera, crear nuevas estrategias para sus negocios y buscar la manera de mantener a sus hijos activos, y era inevitable pensar en ¿qué haré yo todo este tiempo? En lo personal silencié las fuentes de sobre información, no le puse cabeza a los contenidos digitales, en cambió decidí hacer un compromiso conmigo misma.
Empezaron los cambios…
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Apenas en diciembre había iniciado en un nuevo trabajo con el cual estaba muy ilusionada, y llegó el Covid a Panamá con tal solo 3 meses en el nuevo empleo. Imagínense el doble estrés que podía tener, pensando en qué si se ponía muy crítica la situación, ese “trabajo soñado” sería mucho más corto de lo planeado. Entramos en fase de teletrabajo y era momento de luchar por permanecer con empleo el mayor tiempo posible y demostrar mi valor como profesional.
Conversé con mi ser interior y acordamos en que sería un tiempo para enfocarnos en 2 cosas, hacer las cosas bien para mantener el trabajo que tanto constó conseguir y cuidar de nuestro cuerpo y mente. A la segunda semana de estar en teletrabajo inicié una rutina de ejercicios, cambié mi dieta y me comprometí como nunca.
Suelo ser media workaholic y siempre me ha costado cuidarme a mí misma, no suelo maquillarme mucho, no le prestaba la debida atención al atuendo que utilizaba, los accesorios eran muy escasos. Siempre dejándome a mí misma en un segundo plano y poniendo mi responsabilidad laboral primero. Durante estos 2 meses y medio he decidido que eso debe cambiar definitivamente (porque lo venía intentando hace rato). No puedo estar siempre dejándome a medias.
Hoy puedo dar gracias a Dios por los resultados de este tiempo para mí, los proyectos realizados en el trabajo han tenido una aceptación muy positiva. He logrado bajar poco más de 10 libras gracias a una rutina de ejercicios, e inicié un programa de nutrición y psicología con 2 grandes profesionales, que están ayudando a muchas personas a manejar las emociones que se canalizan a través de la comida. Esto también ha sido mucho más fácil con los cumpleaños virtuales y sin la tentación de salir a comer después del trabajo.
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Sentirme bien conmigo misma nunca había sido tan importante, sobre todo cuando el compromiso es por tu bienestar físico y mental. Para lograrlo tuve que desconectarme y enfocarme en mis grandes objetivos. Mi mayor moraleja en esta cuarentena es… Está bien hacer una pausa para dedicarte tiempo y esfuerzo a ti mismo.
¡En tus manos está en que este tiempo sea de mucho provecho para ti misma!