Las mujeres anhelamos que alguien nos ayude con las tareas del hogar, este parece ser uno de nuestros mayores deseos. Sin embargo, a veces resulta complicado.
Para que no tengas problemas con ella y para que todo sea justo, aquí te aclaramos algunas dudas que debes saber antes de contratar a una nana o persona para el servicio doméstico.
Debes de considerar horarios justos y lógicos, darle tiempo para comer y, según tus posibilidades y espacio de tu casa, un lugar donde pueda descansar, asearse y tener privacidad. Esto es también para comodidad de todos los que viven en la casa.
Desde el primer momento, cuando la entrevistes, sé clara y honesta con ella, tal vez no estás en condiciones de firmar un contrato, de pagar impuestos y darle otras prestaciones, pero así sea poco, debe quedar claro para ambas partes lo que se hará y lo que se devengará.
Plantéale tal cual el trabajo que debe hacerse, ella debe saber cuales serán todas sus tareas. Si es para cuidar a tus hijos, debes decírselo.
Recuerda que, no nos hacen un favor, se paga por un servicio devengado y no podemos ni debemos confundir amistad e inclusive familiaridad para «justificar» retraso en el pago, injusticias, abuso de cualquiera de las dos partes o pérdida del respeto.
De igual manera, hay que considerar que ellas tengan lo necesario para que puedan desarrollar sus labores y no pedir lo que somos incapaces de dar.
El nivel de confianza que tengas con ella es importante, a veces, ellas se confían y pierden un poco el respeto con sus jefes, esto gracias a la confianza que le das.
No olvides que el respeto mutuo es vital. Llámalas por su nombre y enséñales a tus hijos que deben hacer lo mismo.
Te aseguramos que, al poner en práctica estos conejos, tendrás una relación más llevadera con las personas del servicio doméstico.