Desde siempre hemos escuchado que los chicos con frecuencia se portan mal, y hacen COSAS para obtener la atención de alguien y que a ellos eso les gusta. También con frecuencia escuchamos que la mejor estrategia es” ignorarlos”.
Por Anna Andreatta – @annaandreatta
Por mucho tiempo así se creyó, ignorar la conducta (por ende, ignorar al NIÑO) era la forma más adecuada de eliminar o minimizar las malas conductas, los berrinches, las pataletas y demás, ósea todo este tipo de conductas.
Actualmente y gracias a los estudios en neurociencia y neurodesarrollo, entendimos que deberíamos cambiar la visión que se tenía sobre el desarrollo socio emocional del ser humano y en particular, en la fase denominada primera infancia. Así que ahora esta creencia popular carece de todo sentido.
Ya hace mucho tiempo comenzamos a entender que el comportamiento, entendido, como la conducta visible de un niño: es la forma de comunicar una necesidad, sentimiento, o “algo”. Así que los comportamientos que vemos en las primeras etapas son instintivos y casi de sobrevivencia.
Un niño que no puede utilizar las palabras adecuadas para expresar una necesidad o sentimiento va a hacer uso de sus herramientas que son las conductas, que generalmente son movimientos físicos, gritos y llanto, ósea esto es lo que vemos.
Así que cuando un niño está enojado, molesto o furioso, se va a tirar al piso, llorará y luego va a intentar hablar y expresar lo que siente. Así mismo ocurre cuando está feliz, alegre o quiere expresar una emoción, pues grita, salta y te abraza sin medida alguna. Entonces, te pregunto ahora, ¿debemos realmente ignorar las conductas?
Los niños, son eso, niños, están aprendiendo sobre reglas sociales, manejo de emociones, canalizar sentimientos y como expresarlos, así que debemos tomarnos el tiempo para MIRAR lo que tratan de decir a través de las conductas.
Ahora analicemos con detalle lo que vemos, es decir, las conductas para poder entender un poco más todo esto. El lenguaje corporal como medio de expresión de necesidades y emociones. Cuando lo hacemos, entendemos los comportamientos en general, pero específicamente en los niños hay siempre mucho más de lo que vemos a simple vista. Observar nos deja ver que, a pesar de que pareciera que todos tienen “berrinches”, hay diferencias en cada niño y en cada situación, esto ocurre por el solo hecho de ser seres individuales, únicos y especiales.
Toma tu tiempo para interpretar y leer las conductas de tu hijo. No se necesita ser especialista en infancia, ni padres estudiados, para hacer esto.
El secreto para entenderlos
Particularmente pienso, que la clave está en ponerse en su posición, interpretar desde la suya, ver desde sus ojos la situación para poder interpretarla desde su pensamiento. Esto te ayuda a entenderlo y puedes guiarlo a que aprenda a lidiar con la situación.
Con frecuencia me ocurre que los padres me dicen mi hijo se porta mal, cuando le pido algo, cuando lo mando a bañar, cuando lo siento a comer y demás rutinas diarias …. Cuando pregunto: ¿Cómo lo haces?
… Pues aparecen respuestas como estas: es que está jugando y es hora de bañarse y lo llamo muchas veces y no viene, lo busco y se pone a llorar y…. bueno el resto se lo imaginan. Y les pregunto a los PAPÁS, ¿Ustedes dejarían de ver un partido de futbol para irse a bañar, faltando 10 minutos para terminar ¿, y a las MAMÁS, ¿Ustedes dejarían una charla con amigas para irte a bañar, solo porque tu esposo te lo indica? No me respondas, solo piénsalo.
Invertimos mucho tiempo en estudiar y en aprender hacer cada vez mejor empleados, mejores en todo, pues también podemos aprender a ser “especialista en nuestros hijos” y además en cada uno de ellos.
No debemos generalizar, por ejemplo; los terribles dos años, o se cree grande porque está en primaria, ya no me hace caso, y demás frases populares. Ver, mirar, escuchar y oír es la clave, los niños solo requieren tiempo para aprender de los modelos, tu eres su modelo favorito.
Disfruta cada etapa, estas son únicas en cada hijo, como tú eres único como madre o padre.