Su asociación con los calurosos días de verano es inevitable. Pero también es cierto que los helados han dejado de ser tan estacionales y, en realidad, cualquier momento del año es ideal para concederse este capricho dulce (siempre que sea eso: un capricho esporádico; porque por lo general son bastante calóricos).
A nosotros cualquier momento nos parece bueno para abandonarnos al ‘placer heladero’ y rendir tributo a un producto que suele ser sinónimo de felicidad, recuerdos de infancia, sentimientos positivos… Algo que, dado los tiempos que corren, resulta más necesario que nunca.
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Por supuesto, el mercado nos ofrece magníficos helados -de todos los sabores habidos y por haber-, pero… ¡nada como prepararlo de forma casera! Te mostramos cómo hacerlo; con o sin heladera.
Y es que hacer un helado de forma casera te garantiza que los ingredientes que utilizas son naturales y que no va llevar ningún conservante, colorante o estabilizante… Y es que casi nadie puede resistirse a este postre frío; que muchas veces asociamos su consumo con el dicho de ‘las penas, con helado, son menos penas’.
CONSEJOS PARA PREPARAR UN HELADO CASERO
Si tienes heladera, es más sencillo, porque solo tendrás que poner la mezcla, activar el botón y dejar que se manteque y se congele hasta adquirir la clásica textura del helado.
Pero como no todos disponemos de heladera, no tenemos que renunciar a elaborar un delicioso helado casero de los sabores más variados y apetecibles.
1.- CÓMO ELABORAR UN HELADO CASERO
Tenemos varios tipos de helado (crema, de leche, mantecados, sorbetes…) pero vamos a referirnos a los que llevan algún lácteo y alguna grasa: leche o nata -incluso alguna bebida vegetal- y yema de huevo o clara de huevo.
El proceso entonces es mezclar un elemento lácteo y/o graso como leche, nata, yogur, mantequilla o leche condensada con huevos -yemas o claras- y azúcar y añadir otros ingredientes como frutas, vainilla, galletas, frutos secos, chocolate, menta, canela…
Después de mezclar los ingredientes elegidos, procedemos a su triturado o batido.
El paso siguiente es volcar el resultado en un recipiente apto para la congelación (los mejores son los de metal, pero nos valen de vidrio o de plástico) y meterlo al congelador entre 3 y 4 horas, batiéndolo cada 20 minutos para evitar que se hiele: a mano con un tenedor o varilla, con batidora o con robot de cocina.
2.- EVITA LOS CRISTALES DE HIELO
Las heladeras nos garantizan la rotura de los hielos que se forman durante el proceso de congelado, gracias a su sistema de remover continuamente la mezcla en un recipiente, que se hiela por efecto de la electricidad y que nos garantiza una textura cremosa.
Así que en los helados caseros lo que debemos lograr es intentar evitar que se formen esos desagradables ‘cristalitos’ para disfrutar de una mezcla de textura suave y agradable al paladar. Es algo más trabajoso, porque lo haremos de forma manual, pero podemos obtener un resultado más que decente.
La manera de hacerlo en removiendo con un tenedor o con una varilla la mezcla metida en el congelador cada 30 ó 60 minutos. Así evitaremos el tan temido y desagradable hielo sobre todo en un helado que lleva algún lácteo.
Tenemos varios ingredientes que ayudan a evitar la formación de los mencionados cristales de hielo como el azúcar, la miel, el azúcar invertido, o el alcohol, pero hay que moderar su uso: un 20% del total de la mezcla en el caso de los endulzantes, y un 20% si añadimos algún licor -siempre y cuando no se lo demos a los niños-.
La grasa es esencial como componente de un helado y la encontramos en la leche, la yema de huevo, la mantequilla, la nata, etc. Siempre y cuando no hablemos de versiones veganas.
3.- INTRODUCE AIRE PARA QUE LA MEZCLA SEA CREMOSA
Es importante introducir aire en la mezcla de nuestro helado, para lograr cremosidad, y eso lo vamos a conseguir con el batido inicial de los ingredientes, cuando incorporemos nata o huevos, especialmente si lo hacemos con unas varillas eléctricas.
4.- ¡A DISFRUTAR DE TUS HELADOS!
Una vez que tengas tus helados caseros, los puedes consumir y presentarlos de maneras distintas: con frutas, tartas, bizcochos y pasteles… en copa, en cucurucho, con galletas…
Aunque el helado se asocia con un postre dulce, se puede preparar en versiones saladas y servirlos como acompañantes de ensaladas, sopas y cremas frías, etc.
Nosotros te dejamos 7 recetas de helados para que que te animes a hacerlas en casa.
PASO A PASO: HELADO DE VAINILLA CON DULCE DE LECHE
La vainilla es uno de los sabores clásicos del helado. Este lo hacemos con ingredientes naturales en una heladera, que no se tarda nada, y lo servimos con dulce de leche.
PASO A PASO: HELADO DE CHEESECAKE
Se pueden elaborar helados casi de cualquier sabor -hasta salados- y nos encantan los que se inspiran en postres como este, de cheesecake. Usamos el robot de cocina y lo metemos al congelador.
PASO A PASO: HELADO DE FRESA
Otro de los grandes sabores, más clásicos y que nunca pasa de moda, es del helado de fresa. Echamos en la heladera una mezcla de fresas maduras, un poco de azúcar, leche, nata y el toque cítrico del zumo de limón. Le damos al ‘on’ ¡y listo!
PASO A PASO: HELADO DE CHOCOLATE
Preparamos el clásico helado de chocolate -que gusta a casi todo el mundo- de una manera casera. Esto es, metiendo la mezcla en el congelador y removiéndola cada cierto tiempo para que no cristalice y se convierta en un resultado cremoso y de lo más apetecible.
PASO A PASO: HELADO CASERO DE GALLETAS OREO
Te proponemos una versión casera que lleva las famosas galletas oreo, que gustan a grandes y a pequeños. Lo hacemos sin heladera y el resultado es igual de delicioso aunque tengamos que invertir algo más de tiempo.