Cuando éramos niñas nos imaginábamos qué sucedería si, por alguna extraña razón, nos quedáramos encerradas en un supermercado, una tienda departamental o una juguetería, incluso de adultas hemos llegado a pensarlo, pero eso jamás sucede… o eso creíamos.
Aunque parece chiste, Esteban Cervi es la prueba de que te puedes quedar encerrado en un espacio así, específicamente en un banco. Recientemente, el chico se hizo viral en Twitter después de que hizo una publicación pidiendo ayuda para que lo sacaran de una sucursal bancaria.
Esteban se encontraba en la sucursal del banco Santander en Argentina haciendo un trámite en el área de las cajas de seguridad cuando se percató de que ya había pasado mucho tiempo y nadie le abría la puerta. Para su sorpresa, la sucursal ya estaba cerrada.
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Según relata Esteban en un hilo de Twitter, llamó a la policía porque en el banco nunca le contestaron el teléfono y tampoco los mensajes en su cuenta de redes sociales. Bueno, en realidad, los únicos que sí atendieron su llamado fueron los bots que le respondieron con un: “Te pedimos disculpas por las molestias ocasionadas. Ya estamos con vos por privado. Aguardamos tu respuesta”.
Como si la historia no pudiera ser más extraña, Esteban también contó que todo sucedió mientras él estaba de visita en Argentina haciendo una serie de trámites.
«Fui a cerrar la cuenta y a sacar un reloj que era de mi viejo que falleció súbitamente en el 2013. No tengo un mango literal. Toda mi riqueza está en vinos, libros y un par de emprendimientos.»
El último trabajador en salir jamás se dio cuenta de que Esteban todavía seguía ahí, así que se dispuso a cerrar todo como normalmente lo haría. Al darse cuenta de su situación, el hombre empezó a gritar, pero nadie lo escuchaba. Por fortuna, sí le llegaban los datos móviles.
Al final, Esteban llamó al 911, les comunicó toda la situación y las autoridades de Argentina llegaron al lugar para poder sacarlo de ahí.
«Estuve haciendo señales a las cámaras, gritando, golpeando puertas, nadie se dio cuenta. Nadie mira las cámaras de seguridad ni saben si hay movimiento.»
Luego del susto y la desesperación, Esteban se río de toda la situación y hasta se dio el lujo de armar un kit de supervivencia por si alguna otra persona se llega a quedar atrapada en una sucursal de Santander, que, por cierto, pidió una disculpa y le dijo que reforzarán el proceso de atención en la sucursal para que ya no ocurran incidentes así en el futuro.