Eric Coulam es un joven canadiense de 20 años que decidió buscar la muerte asistida médicamente reveló que necesitaría seis trasplantes de órganos para sobrevivir, e incluso así, solo tendría un 50 por ciento de posibilidades de recuperarse.
Coulam, residente de Fort St. John en la Columbia Británica, organizó recientemente una parrillada de despedida para dar el último adiós a sus amigos y familiares.
Coulam decidió utilizar la ley de asistencia médica para morir (Maid) de Canadá, que lo ayudaría a terminar su vida sin dolor con medicamentos administrados por un médico o una enfermera.
“Habrá un final para el sufrimiento. Sufro todo el día. He estado en una habitación de cuatro paredes durante mucho tiempo y ya estoy harto” declaró a CJDC-TV.
Coulam pasó la mayor parte de su infancia tomando medicamentos para el dolor abdominal para tratar una enfermedad gastrointestinal desconocida. En los últimos dos años, esta afección le ha costado el intestino delgado, le ha causado enfermedades hepáticas y renales, dolor crónico e innumerables infecciones.
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Los médicos no han podido diagnosticar la enfermedad que lo aqueja desde hace casi una década, a pesar de haber visitado siete hospitales diferentes en Canadá y haber consultado a especialistas de todo el país.
Su estado de salud empeoró hace dos años cuando sus médicos descubrieron un bloqueo. Se puso tan grave que necesitó una cirugía de emergencia para extirpar parte de su intestino inferior.
Entró en shock séptico después de que una parte del intestino se desgarrara.
“Fui a emergencias y conseguí una cama de inmediato y esa noche se rompió y me pusieron en coma por no recuerdo cuánto tiempo”.
Coulam mencionó que los doctores todavía no podían entender por qué su estado estaba empeorando, y lo enviaron de Fort St. John a Dawson Creek y luego a varios otros hospitales, para luego regresar a Fort St. John.
Dice que finalmente los médicos le dijeron que su única posibilidad de recuperación era someterse a seis trasplantes de órganos diferentes, algo que dice que nunca antes se ha intentado.
También le dijeron que solo hay 50 por ciento de posibilidades de recuperarse, y esta revelación fue lo que lo llevó a optar finalmente por la muerte médicamente asistida. Pero fue “difícil decirles a todos los demás” sobre su decisión, contó.
“Lo pensé por un tiempo, en cierto modo desaparecí de mi familia porque yo no estaba bien. Sabía que era lo que quería hacer”, admitió.
En una de sus últimas entrevistas públicas, el joven de 20 años dijo: “A veces estoy acostado en la noche y me pongo triste, pero en su mayoría, estoy esperando el día porque siento mucho dolor todo el tiempo… Tomo muchos medicamentos solo para estar cómodo por unas horas”.
Sin embargo, aún no ha fijado una fecha para su muerte médicamente asistida. “Iré cuando esté listo. No es cuando esté enfermo. No es cuando me retiren mis medicamentos. Es cuando esté listo”, aseguró.
La ley federal Maid fue aprobada en el parlamento de Canadá en junio de 2016 para permitir a adultos elegibles que soliciten el procedimiento. La persona debe ser mayor de 18, tener una “enfermedad, dolencia o discapacidad grave e incurable”, y vivir con un dolor físico o psicológico intolerable que la medicina no pueda aliviar, para ser considerado para ello.
A la persona se le inyecta un fármaco bajo la supervisión de enfermeras y médicos que provoca una muerte sin dolor, o se le prescribe que tome un fármaco por vía oral.