Los niños de la realeza nacen con marcadas obligaciones diplomáticas y un patrimonio inconmensurable… pero después de todo, no dejan de comportarse como pequeñines. La chispa de los royals ingleses volvió a dar de qué hablar gracias a la más reciente travesura de la princesa Charlotte, de 4 años de edad.
La niña acompañó a sus padres —el príncipe William y Kate Middleton— a la Regata Inaugural de la Copa del Rey 2019, una serie de eventos deportivos organizada por los duques de Cambridge para destinar los fondos recaudados a la promoción de la actividad física.
A través de las fundaciones Action on Addiction y Place2Be, Kate y William invierten en programas para evitar que jóvenes ingleses de sectores vulnerables caigan en adicciones.
En uno de los momentos previos al torneo intermedio, Kate pidió a Charlotte saludar a la prensa… pero no lo hizo como esperaba. La pequeña sacó la lengua a los presentes y aunque Kate se mostró muy sorprendida con el gesto, se limitó a reír con la ocurrencia de su hija.
Cabe mencionar que la joven princesa ya tiene un marcado historial de sacar la lengua a los fotógrafos. En la boda de Pippa Middleton, saludó de forma pícara a los presentes desde el automóvil donde iba.
Por fortuna, el protocolo inglés se ha vuelto más permisivo con sus miembros más jóvenes. Mientras comprenden en qué mundo diplomático se encuentran, es inevitable que los niños de la realeza hagan alarde de sus inofensivas travesuras.
El hermano mayor de Charlotte —el príncipe George— también ha sacado la lengua a quienes los saludan. En 2016 no pudo evitar saludar a la audiencia con ese ademán durante el festival Trooping The Colour.
Hoy día la prensa y el público en general comprenden mejor que «los niños, niños son», independientemente de su entorno ¿Tú qué piensas respecto a estas peculiares travesuras por parte de los royals? ¿Crees que las mamás deberíamos reaccionar así con humor o con enfado?