Una de las ventajas indirectas de la salida de Meghan y Harry de la monarquía británica es que ahora pueden controlar por completo la exposición mediática de sus hijos, a diferencia de los otros retoños de la familia real, a los que se espera que se presente ante el del mundo a los pocos días -u horas- de nacer y que comienzan a acudir a eventos públicos desde una edad muy temprana.
Desde que abandonaron oficialmente su rol institucional y se instalaron en California; Enrique y Meghan solo han compartido dos fotos de su primogénito Archie: una para celebrar su segundo cumpleaños y otra este mismo jueves para desear unas felices fiestas al resto del mundo con un posado familiar en el que aparecía también su hija Lilibet.
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Sin embargo, el matrimonio estudia mucho cómo muestran a sus pequeños en este tipo de imágenes para mantener cierto nivel de intimidad. Según la periodista y experta en royals Elizabeth Holmes; no es ninguna casualidad que en la postal navideña tanto Archie como Lilibet aparezcan de perfil: el primero sentado sobre las rodillas de su padre y la segunda en brazos de su madre. De esta forma, no se puede ver con total claridad la carita de los pequeños.