Recuerdo claramente la primera vez que el cáncer afectó a alguien en mi familia. Era una adolescente y estábamos en el consultorio del médico. Mi tía hablaba con mi abuela, y fue entonces cuando escuché por primera vez estas palabras: «Tiene un carcinoma, cáncer de colon».
Mi abuelo, a pesar de su enfermedad, era una persona llena de energía. Me enseñó con paciencia, me permitió ser una niña y disfrutar de la diversión. Siempre decía: «La vida no se trata de esperar a que pase la tormenta, sino de aprender a bailar bajo la lluvia».
En ese momento, no sabía nada sobre el cáncer, así que fui a la biblioteca y pasé días investigando qué era y cómo se podía combatir esta enfermedad. Hablar del cáncer era un tema tabú en nuestra familia, y todos lo asociaban con la muerte.
Años después, fue mi mamá quien recibió el diagnóstico, escuchar «tengo cáncer» o «tu mamá tiene cáncer» es algo que nadie quiere oír; es aterrador. Se desencadenan emociones como la ansiedad, la ira, la depresión y el miedo.
Podemos dejar que estas emociones negativas nos dominen, o podemos elegir no hacerlo. Elegimos mantener una actitud positiva a pesar de todo, aunque no siempre es fácil.
Hoy en día, la ciencia ha avanzado tanto que en la mayoría de los casos, el cáncer no es una sentencia de muerte, especialmente si se detecta a tiempo. Entonces, me pregunto: ¿por qué no hacemos campañas para normalizar el tema del cáncer? ¿Podría esto ayudar a concientizar a las personas?
El cáncer es una enfermedad que puede romper corazones, ya que puede afectar a cualquiera sin importar su raza, religión, situación económica o edad.
Hablamos constantemente de la importancia de una alimentación saludable y de hacer ejercicio, pero lamentablemente, pocos siguen estos consejos. Anhelamos una sociedad en la que todos compartamos hábitos de salud preventiva, lo que podría ayudarnos a detectar enfermedades, como el cáncer, en etapas tempranas y hacer que sean más fáciles de tratar.
Para lograrlo, debemos derribar las barreras negativas que rodean esta enfermedad y enseñar a las generaciones futuras que, cuando se detecta a tiempo, el cáncer es tratable.
Es fundamental hablar con los hijos (tanto niños como adolescentes) sobre qué es el cáncer, de la misma manera en que hablaríamos sobre cualquier otra enfermedad que nuestra familia pueda experimentar o no. La conversación puede variar según su edad y madurez.
Explicar el cáncer a los niños es una tarea importante. Aquí, como madre y maestra de niños entre 5 y 10 años, te proporciono una versión fácil de entender para los niños y más fácil de seguir para los padres:
«A veces, alguien puede tener cáncer. El cáncer es como un grupo de células malas que hacen que las personas se sientan mal. Pero los médicos están aquí para ayudar a curar la enfermedad».
Es importante que como miembro de la familia sepas lo siguiente:
- No es culpa de nadie que alguien tenga cáncer, así que no debes sentirte mal.
- El cáncer no se contagia como un resfriado, por lo que está bien abrazar a un familiar enfermo.
- El tratamiento puede hacer que un miembro de la familia se sienta diferente, como la pérdida de cabello o la fatiga.
- Puedes hacer preguntas en cualquier momento y hablar sobre tus preocupaciones.
- Puedes mencionar el nombre del cáncer y que puede estar en diferentes partes del cuerpo.
- Es importante saber que los médicos tienen formas de tratar el cáncer.
Un punto muy importante es que si hay varios niños en el hogar, es mejor hablar con cada niño individualmente, ya que cada uno necesita información diferente según su edad.
Si eres un niño mayor y deseas obtener más detalles, los adultos pueden explicarte más y, si lo deseas, puedes investigar por tu cuenta.
No esperes a que esta enfermedad afecte a tu familia para hablar de ella; eso sería egoísta. El conocimiento sobre la progresión de esta enfermedad y las herramientas de prevención y autocuidado deben estar disponibles en todo el mundo. Esto puede ayudar a prevenir o detectar a tiempo futuros casos de esta enfermedad y, en última instancia, salvar vidas.
Por hoy me despido recordándole que educar con amor al aprendizaje es lo ideal para un aprendizaje significativo.
Les recuerdo mi red social @deylintics, hasta la próxima nota.
Si te gusto la nota sigue mis artículos de Deylin aquí