Ahora que está a punto de cumplirse un mes desde el estreno de El juego del calamar comenzamos a descubrir secretos; claves y mensajes en código que la serie guardaba a lo largo de sus nueve episodios. Claves esenciales que, de haber prestado más atención, habrían dejado al descubierto muchos de los secretos de la trama.
Sin embargo, con una historia tan intensa, episodios de infarto y tantos personajes (456 concursantes para ser exactos) es más que comprensible que recién ahora nos estemos dando cuenta; ya sea porque la seguimos analizando, hablando de ella o volvimos a verla. O gracias a los memes virales que nos lo ponen más fácil.
Y entre tantos secretos hemos descubierto uno que tuvimos en frente desde el primer capítulo. Uno que era esencial para sus protagonistas y que tuvieron delante de sus narices desde el primer juego con la muñeca asesina.
El fenómeno surcoreano nos coloca en el centro de una realidad distópica donde 456 personas, desesperadas y ahogadas por las deudas; aceptan el desafío de participar en un concurso con un premio millonario. Pero sin saber que se trata de una competencia de seis juegos donde la palabra perder o eliminación supone la muerte instantánea. Es por eso que, tras descubrir la nueva realidad que tienen delante, saber cuál será el próximo juego resulta esencial. De esta manera, si lo saben; podrían predecir estrategias y tácticas que los ayuden a mantenerse con vida.
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Pero la misión resulta prácticamente imposible. Si bien un médico logra encontrar la manera de escabullirse y ayudar a una facción de traidores dentro de la organización que maneja el juego a cambio de conocer el nombre del siguiente juego, nunca más vuelven a estar cerca de adivinarlo. Y eso que los seis juegos estaban pintados en las paredes de la habitación que compartían, solo que no es hasta el final que ellos y nosotros nos damos cuenta, cuando desaparecen las literas.
Sin embargo, tuvieron la posibilidad de descubrir el sexto juego cuando superaban la primera prueba. Ellos y nosotros, que aunque la serie se base en juegos infantiles coreanos, bien podríamos habernos percatado y hacer una búsqueda en redes.
Resulta que la muñeca robótica del vestido amarillo y coletas, esa que busca movimientos en el juego de ‘luz roja, luz verde’, llevaba el símbolo del último juego en su rostro. Más bien, en su cabeza. Si prestamos atención a su cabello podemos distinguir una pinza que no es otra que el símbolo del juego del calamar, el sexto y último juego.
El juego del calamar es un juego infantil coreano, muy popular en los años 70 y 80, donde los niños se ubican en la defensa u ofensa dentro de un dibujo hecho en el suelo. Según el creador de la serie, era el juego más físico que había por entonces; “el juego infantil más simbólico para representar el tipo de sociedad en la que vivimos ahora”.
El dibujo está compuesto por dos círculos, el superior interceptado por un triángulo; y el inferior por un cuadrado. En la pinza de la muñeca faltaría un círculo para completarlo pero cualquiera que conozca los juegos infantiles coreanos lo reconocería de todas formas.
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Esta revelación no hace más que intensificar la gran labor de la serie y su inteligencia a la hora de mantener nuestra atención, que incluso con claves expuestas en primeros planos no nos dimos cuenta enseguida. Como la revelación que apuntaba previamente sobre todos los juegos en las paredes; así como el descubrimiento de que el jugador 001 no estaba en los ficheros que el policía encubierto encuentra sobre los concursantes.
Al final de la serie descubrimos que el jugador 001 era, en realidad, uno de los creadores del juego. Un millonario que optó por jugar con seres humanos desesperados a cambio de un poco de entretenimiento como metáfora del clasismo y los derechos autoproclamados de los ricos sobre los más necesitados. Sin embargo, en un segundo visionado podemos descubrir que había diferentes pistas que señalaban su verdadera identidad. Como que al abrir los ficheros de los concursantes, el archivo comienza en el 002 (desvelando que 001 no forma parte del juego); o que no lo viéramos morir cuando la serie no escatima en muertes explícitas -algo que muchos entendimos como una manera de evitar más violencia cuando se trataba de un anciano y ese episodio -el sexto- era el más intenso y dramático de todos.
Al final, resulta que la muñeca asesina del Juego del Calamar es mucho más que un meme viral con el potencial para mantenerse en la memoria colectiva del mundo de aquí a la eternidad. Contenía una clave evidente y en primeros planos, y ni los jugadores ni nosotros nos dimos cuenta, y eso que llevamos semanas viendo imágenes, vídeos y gifs por todos lados.
