Numerosas personas tienen una mala situación financiera. Les cuesta «llegar a fin de mes», no tienen ahorros disponibles para un gasto inesperado y viven de deuda en deuda. Lo curioso es que muchas de ellas comparten una serie de malas costumbres que deben erradicarse por completo.
Derrochar los ingresos inesperados Si somos trabajadores en relación de dependencia y obtenemos un bono que no estaba contemplado en nuestro contrato o tenemos un negocio y logramos más ventas de las planeadas, lo inteligente sería ahorrar este excedente sorpresa. No obstante, quienes no dominan sus finanzas se dejan llevar por el «regalo» y lo gastan innecesariamente, en lujos muy costosos o en grandes cantidades de bienes ordinarios que no son indispensables. Grave error.
Utilizar el coche innecesariamente. A diferencia de la creencia popular, tener un auto no es una inversión, ya que constantemente gasta recursos, como la nafta, la patente, los seguros, los impuestos, etc. Y si se usa periódicamente cuando no es necesario, la situación empeora. Aquellos que tienen unas finanzas personales sanas saben que el vehículo solo debe ser utilizado cuando realmente no queda otra opción, ya que caminar, andar en bicicleta o incluso viajar en transporte público en algunas ocasiones es mucho más económico y rentable.
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Comprar solo primeras marcas. Por otro lado, comprar bienes y consumir servicios solo de primeras marcas o de «prestigio» suele ser sinónimo de tirar el dinero a la basura. Hay excepciones, claro, pero la mayor parte de estos productos tiene un equivalente más barato y con una mejor relación calidad-precio.
Atrasarse con los pagos. Llevar un estricto control de los pagos mensuales es esencial para que nuestras finanzas no se salgan de control. Los intereses por incumplimiento o atraso a veces son insignificantes, pero otras veces son devastadores. Si, por ejemplo, tenemos una planilla de cálculos vinculada a nuestro calendario para saber qué, cuánto y cuándo pagar mes tras mes, entonces podremos evitar el desorden financiero.
Invertir aleatoriamente. Invertir es un paso indispensable para aumentar y proteger el poder adquisitivo a largo plazo, siempre y cuando se haga con inteligencia. Comprar cualquier tipo de activo financiero simplemente porque escuchamos un rumor por la calle o porque algún conocido «experto en la materia» lo recomienda es una muy mala decisión. Antes de dar el paso al mundo de las inversiones, es importante tomarse un tiempo para dialogar con un asesor financiero, informarnos por nuestra cuenta y estructurar una cartera en base a nuestros objetivos y necesidades.
No pensar a largo plazo. La famosa frase que dicta que «solo se vive una vez» no hace más que dañar las finanzas personales de los individuos. Sí, de vez en cuando hay que permitirse algunos caprichos, para eso está el dinero, pero no constantemente. Si mes tras mes destrozamos la capacidad de ahorro innecesariamente, entonces no podremos construir capital de cara al largo plazo y siempre estaremos financieramente vulnerables. La clave del éxito económico se encuentra en dominar el sentido común: hay que gastar menos de lo que ingresa y no derrochar el dinero innecesariamente.