Prometí que nunca iba a desanimarme, que siempre lucharía por mi sueño de ser emprendedora, sin embargo a veces se vuelve sumamente difícil mantenerse en la batalla.
Es cierto, no tengo jefe y muchos me envidian por eso. Generalmente no me llaman la atención y no tengo un horario fijo. ¡Ah, pero tampoco tengo un salario quincenal o mensual! ¿Me siguen envidiando?
El año pasado todo apuntaba que este 2017 era para brillar, sonreír y sobre todo para construir, respecto al plano profesional. Muchos pensaban que era el momento de emprender, de hacer lo que realmente les gusta hacer y se aventuraron a creer y confiar en su instinto. Sin embargo, no ha sido fácil.
Una de las trabas u obstáculos más grandes de un emprendedor son sus propios pensamientos. Estos que generalmente surgen cuando te sientes sin apoyo y por supuesto sin clientes.
Cuantas veces hemos escuchado esta frase «el tiempo está difícil», «no hay plata», «nadie paga bien tus servicios». Seguramente, muchísimas. Parecen el pan de cada día en Panamá (y en muchísimas partes del mundo) y aunque te quisieras tapar los oídos y huir de ellas las escuchas en el banco, en el super mercado y hasta en tu propia casa.
De ahí, puede surgir la pregunta: ¿Por qué decidí emprender? o ¿Realmente era el momento adecuado para hacerlo? Pues tal vez no me conozcas, pero déjame decirte que estamos en las mismas y ante esos cientos de veces que me he hecho esas preguntas, tengo cientos de veces la misma respuesta. ¡SI ERA EL MEJOR MOMENTO!
«El que persevera alcanza». ¿No te lo decía tu abuelita? A mí me lo mencionaba a cada instante cuando trataba de hacer un cálculo matemático y no me salía. O, cuando intentaba una y mil veces sacar buena nota en inglés (siempre fui malísima).
Podrías pensar que este artículo es una queja permanente al momento tan difícil que estemos pasando. No obstante, déjame decirte algo:¡No todo está perdido!
¡NO TE DETENGAS! Aunque ahorita pienses que esto no pasará y que no habrá un excelente momento para ti, no le hagas caso a la negatividad.
Es importante que te mantengas con la mente fría y que estés segura que tus habilidades y cualidades son valiosas. Un gran error es pensar que nuestro trabajo o «emprendimiento» (o como le quieras llamar) no cuesta dinero. ¡Si lo vale y mucho, deberíamos empezar por ahí! VALORATE.
Ajá, tengo el ánimo y todas las ganas de seguir luchando, de seguir adelante con mi negocio, pero me frustra el hecho de no ganar dinero. O tal vez, el ni siquiera tener para salir con el día a día. Ante esto te tengo algunas opciones que seguro y te funcionarán a la perfección:
-No te desesperes
Frustrarse es el camino más fácil para un bloqueo mental. Si esto llega a suceder, no se te vendrá a la mente ninguna idea para salir a flote con tu emprendimiento. ¡Ninguna!
-Nuevamente, VALÓRATE
Puede ser que, claro como está el tiempo, tengas que bajar un poco tus precios. Si lo consideras necesario hazlo, pero cobra lo que cuesta. No des servicios o productos al costo. Muchos casi regalan sus servicios y por eso hay un desequilibrio económico terrible (no soy financista, pero es lógico de deducirlo)
-Sigue en la lucha
¿Has escuchado de alguna empresa grande que haya llegado al éxito sin haberse visto en problemas o en dificultades? Es que todavía no existe esa compañía que solo haya visto ganancias y buenas épocas. ¡No existe!
-Algunas restricciones ayudarán al mal momento
Si no puedes gastar la plata que gastabas antes, reduce gastos. Sigue con la misma actitud y que eso no te deprima.
-Algo muy bueno está por suceder
¿Has escuchado que después de la tormenta llega la calma? Créetelo, llegará. Puede ser que se te junten mil y un cosas, que realices negocios y que no te salgan bien (poniendo el mismo o más empeño). ¡Ánimo, pronto verás el sol!
Si, puede ser que me consideren o que yo misma me sienta en peligro de extinción. Pero, hoy decido no dejarme vencer y seguir creyendo en mis aspiraciones y en mis logros. ¡No voy a tirar a la basura mi idea! Si lo hago, otro vendrá, la sacará del bote de la basura, la limpiará, pulirá y triunfará.
¿Quieres eso? ¡Sigue, TODO VALE LA PENA!
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