La etapa de finalización de la etapa escolar y el principio de la vida universitaria es una de las etapas más importantes para un adolescente. En esta etapa, tu hijo está dejando sus amistades de toda la vida, sus profesores de siempre. Está listo para emprender a lo que será el resto de su vida profesional. Está a punto de elegir la carrera que más le llena. Puede ser todo un desafío, y como madres debemos apoyarlo en sus decisiones y orientarlo a elegir la mejor opción.
Por Andre Quijada, Psicóloga
Lo primero, saber en qué se destaca
Los adolescentes, a lo largo de sus años escolares, desarrollan habilidades especificas de carreras universitarias. Por ejemplo, el chico que solo se preocupa por pertenecer al equipo de fútbol, entrena todos los días, cuida su alimentación y le apasionan los deportes, podría estudiar nutrición y dietética. Especializarse en nutrición deportiva; incluso, podría estudiar educación física como tal.
Lee también: ¿Cómo saber si mi hijo es violento?
Este ejemplo lo traigo a colación porque es muy fácil decirle al chico o chica que le gusta leer o que es muy bueno en matemática que se oriente hacia carreras de ese tipo. No obstante, cuando los chicos tienen estas habilidades, como deporte, música, teatro, es más difícil orientarlos por tratarse de carreras que se salen de la cotidianidad.
Pregúntale cómo se ve en 10 años
Hacer un plan o proyecto de vida a 10 años es una buena opción para que los chicos se proyecten en su futuro. Eso revela muchas cosas. Es importante prestarle atención a todos los aspectos que ellos consideran relevantes. Ofrécele las opciones universitarias que más se ajusten a sus prioridades.
Recuerda: la decisión es de ellos
Como padres queremos lo mejor para nuestros hijos. Muchas veces, cometemos el error de influenciar sus decisiones. Esto lo único que trae es frustración en el adolescente. Si estudia por ejemplo, medicina como su padre, probablemente ni le guste o no le interese del todo y sentirá que está perdiendo su tiempo. Esto no es bueno ni para el adolescente, ni para los padres. En estos casos, terminan abandonando la carrera o graduándose por tener un titulo y ejerciendo otra cosa de forma empírica.
Tenemos que ser sus aliados y no sus “villanos”
Los adolescentes, por su etapa del desarrollo, tienden a ver que todo está en su contra y que sobre todo sus padres no lo comprenden, lo importante en este caso es ofrecerle todo el apoyo que se pueda, escuchar sus necesidades y guiarlo a que haga lo que realmente le haga feliz, porque de nada vale que estudie una carrera universitaria que no lo haga feliz.
Un tip adicional: visiten a un psicólogo
Los psicólogos tenemos herramientas psicométricas o pruebas que nos indican las habilidades que tienen las personas. Además, esas habilidades se complementan con diferentes carreras. A esto se le llama orientación vocacional. Es importante que se tome en cuenta porque cuando realmente los adolescentes no tienen idea de que es lo que los motiva. El psicólogo a través de su exploración puede lograr que el adolescente se descubra y tenga una idea más clara de lo que realmente quiere para su vida.
Al final, lo que el adolescente necesita en esta etapa es apoyo, pero un apoyo realista de sus padres, que lo orienten y juntos puedan elegir la mejor opción.