Halima Aden tiene solo 20 años, pero ya acumula en su currículum una serie de hazañas increíbles. La joven nació en un campo de refugiados en Kakuma, en el noroeste de Kenia y, a pesar de haber iniciado su carrera en la moda recién en 2017, ya pasó por las principales pasarelas de Europa y Estados Unidos. De origen musulmán, la modelo se destacó por no dejar de usar su hijab.
La vestimenta tradicional del islam se divide en dos partes: la primera es una especie de turbante ajustado que cubre la cabeza y la segunda, un velo que se coloca sobre la primera y esconde el cuello y, algunas veces, incluso los hombros.
Halima fue pionera en pisar las pasarelas de las semanas de la moda de Nueva York y Milán usando el hijab, algo que marcó su propia historia y la del mundo de la moda. Después, le llegó un contrato con IMG Models, la misma agencia que representa a Gisele Bündchen y las hermanas Hadid. Fue la primera en incluir una cláusula que garantizaba el uso de su vestimenta sagrada en sesiones de fotos y pasarelas. Hoy en día, todos los contratos que Halima firma respetan sus creencias religiosas.
Embajadora de Unicef
Además de su representatividad en relación con la tolerancia religiosa, la modelo también asumió hace poco un lugar destacado en Unicef y fue nombrada embajadora de la institución. Para ella, ese cargo es uno de sus roles más importantes, ya que vivió en un campo de refugiados desde su nacimiento hasta sus siete años y conoce bien esa realidad.
Su familia tuvo que huir de la guerra civil de Somalia y caminó durante 12 días hasta encontrar refugio en Kenia junto a más refugiados de otros conflictos. En 2004 consiguieron una autorización para vivir en Estados Unidos y, desde ese entonces, Halima no había vuelto al lugar que la vio crecer.
En junio de 2018 volvió a Kakuma y contó cómo vive el hecho de que algunos jóvenes no tuvieron la misma suerte que ella y deben continuar sus vidas en refugios provisorios. «Siento mucha culpa a veces. Pienso: “Ok, ¿será que aproveché al máximo mi mudanza a Estados Unidos? ¿Saqué el máximo beneficio de mi vida?”. Conozco a millones de personas, otras chicas de mi edad, que tuvieron que quedarse acá. Y yo escapé. Yo pude salir», expresó durante su visita con Unicef.
De acuerdo con la ONU, hay más de 22,5 millones de refugiados en el mundo. Entre ellos, 2,6 millones viven en campos o asentamientos.
En 2017 la modelo viajó a la frontera entre México y Guatemala para conocer la asistencia que Unicef presta a los niños, niñas y adolescentes de América Central. La región vive un escenario de violencia continua, causada por pandillas y asociaciones delictivas, además de tasas de pobreza extrema.
Con el título de embajadora, la modelo se suma a un equipo de personalidades, como las cantantes P!NK y Selena Gomez y la actriz Lucy Liu, que usan su visibilidad para defender los derechos de los niños, niñas y adolescentes del mundo.