Sentimos cierta adrenalina y nervios cuando estamos enfrente de nuestro jefe. La verdad es cuando más debemos cuidar nuestras expresiones o palabras. La idea es que seamos nosotras mismas, pero sin perder la profesionalidad y buena actitud.
Por mucho que presumamos nuestro titulo universitario, estudios o experiencia, lo más importante es nuestra credibilidad, pero sobre todo nuestra disposición para hacer las cosas.
El lenguaje corporal es sumamente importante, no solo en una entrevista de trabajo, si no para el día a día. Si nuestra esencia, educación y responsabilidad predomina; lo más seguro es que se abrirán muchas oportunidades.
Y para que tus jefes te tomen en serio, jamás digas estás frases enfrente de ellos:
«Algún día»
Esta resulta ser una frase de inconformidad. Como por ejemplo: “algún día tendré mi propia empresa”, “algún día me aprenderé tal fórmula” o, peor aún, “algún día encontraré un mejor trabajo”. Jamás la digas en tu empleo.
«Ya casi»
Somos muy capaces de hacer las cosas, sin embargo a veces nos estancamos y ponemos de escusa la palabra «ya casi». “Ya casi termino el informe”, “Casi estoy llegando a la reunión”. Y lo preocupante es que casi siempre que decimos «ya casi» nunca estamos haciendo lo que nos piden ya sea porque se nos haya olvidado o porque lo aplazamos por hacer otras cosas menos importantes.
«Probaré»
No puedes proyectar la idea de hacer algo y no estar seguro que todo saldrá bien. «Probar» o «intentar» algo no existe en el lenguaje laboral. Querer es poder. Seguramente eres muy capaz de hacer lo que te propones. No lo dudes.
«Ya quiero vacaciones»
La queja solo proyecta incomodidad. Si pasas diciendo «ya quiero que lleguen las vacaciones» harás que tus jefes piensen que eres un cómodo o perezoso. Deséalas, pero no expreses tanto tus deseos en el trabajo.
«Puede ser»
Tomar decisiones resulta sumamente difícil, sin embargo no debes dudar tanto frente a una pregunta de tu jefe. Aunque es humano debatirse entre opciones, nuestra credibilidad disminuye cuando nuestra indecisión afecta a nuestros colegas. Reemplazar “podría” y “no podría” con «podré” y “no podré”. El mayor nivel de compromiso de estas últimas palabras te proyectará como una persona decidida y firme.