¿Has sentido como cierta indignación al saber que hay parejas que deciden NO tener hijos? No te preocupes, la sociedad a veces nos dicta estereotipos. Un estudio muestra que muchas personas sienten indignación moral hacia las parejas que no quieren tener bebés.
Y es que la decisión consciente de vivir en pareja sin hijos es cada vez más común. Especialmente porque mantener a una familia es super costoso.
Considerando todo lo que se requiere para mantener a una familia, incluyendo el sacrificio laboral. Muchas parejas están optando por la alternativa de que ellos dos serán su familia. Incluso, simplemente sienten que la paternidad no es para ellos y deciden viajar o dedicarse a su vida profesional.
Pensamos que al casarse o decidir vivir juntos es para hacer una familia con hijos, sin duda no siempre es así.
¿Qué dicta el análisis?
Lesile Ashburn-Nard, es la autora del estudio y profesora de psicología de la Universidad Purdue en Indiana. Ella, encontró que a los participantes sentían indignación moral hacia las parejas sin hijos. Es decir, los participantes no sólo juzgaron a las personas que deciden no tener hijos. También expresaron hostilidad hacia ellos.
«Lo que es notable de nuestros resultados es la indignación moral que expresaron los participantes hacia los extraños que deciden no tener hijos», dijo Ashburn-Nard al sitio Science Daily. «Nuestros datos sugieren que no tener hijos se ve no sólo como algo atípico o sorpresivo, sino algo que moralmente está mal».
Para el estudio se incluyeron a 197 participantes. Todos estudiantes de la carrera de psicología, a quienes se les presentó un esbozo de la vida de un adulto casado. Después de leerlo se les pidió que calificaran su percepción de la mentalidad de esa persona casada. Así como los sentimientos del participante hacia la misma persona que estaba calificando.
Los participantes calificaron tanto a hombres como mujeres que deciden no tener hijos como personas psicológicamente menos satisfechas. Esto en relación a los adultos que sí deciden tener hijos. Los participantes también mostraron enojo, desaprobación y hasta repulsión hacia quienes optan por no tener hijos. Esto refuerza el hecho de que las parejas que deciden vivir libres de hijos no solo se sienten prejuiciados. También sienten hostilidad por parte de muchas personas.
Ashburn-Nardo espera poder ampliar el estudio hacia a las formas en las que este prejuicio moral invade a quienes no tienen hijos, cómo son tratadas en su vida diaria, y cómo esto cae en la discriminación.
«Los resultados del estudio son muy similares a estudios de los años 70, 80, y 90, que podían atribuirse a circunstancias morales. A pesar de todos los cambios en tantos ámbitos, los juicios contra las personas sin hijos permanecen», concluyó.
Después de leer esto, nos damos cuenta que no hay nada mejor que la tolerancia y respeto a las decisiones de los demás. ¿No crees?