El desarrollo del lenguaje infantil es una parte fundamental de su crecimiento.
Por Joana Hall Olivares – cdcpanama
En sus primeros años, los niños desarrollan muchas de las habilidades del lenguaje oral que les ayudan a aprender a leer cuándo van a la escuela. Y siguen desarrollando sus habilidades lingüísticas durante la infancia y la adolescencia.
Pero ¿Qué puede afectar el desarrollo del lenguaje de un niño?
Una investigación realizada en el 2010 por J. Johnston (Johnston, J. (2010). Factors that influence language development. Encyclopedia on Early Childhood Development. ) ha sugerido que entran en juego cinco dominios claves que influyen en el desarrollo del lenguaje de los niños.
1- Social:
Los niños guían su aprendizaje del lenguaje infantil al inferir de la intención comunicativa del hablante (por ejemplo, ven lo que los adultos miran y a lo que se refieren). Además, el entorno verbal (por ejemplo, familias verbales que brindan a los niños mucha información) al que están expuestos los niños entre las edades de 1 a 3; tiene un efecto positivo en sus niveles de lenguaje a los 9 años. Esto resalta la naturaleza social del lenguaje y cuánto del lenguaje se aprende a través de interacciones naturales con otras personas versus el aprendizaje de memoria a través de libros de trabajo o tarjetas.
2- Perceptivo
¿Alguna vez se preguntó por qué hay tanto énfasis en garantizar que se evalúe la audición de los niños al nacer; nuevamente en el jardín de infantes y antes de comenzar una terapia del lenguaje?. Las habilidades de percepción auditiva (la capacidad de percibir e interpretar información a través de los oídos) entre los 6 y los 12 meses de edad pueden predecir el tamaño del vocabulario y la complejidad sintáctica (estructura de la oración) a los 24 meses.
3- Procesos cognitivos:
Probablemente haya escuchado a los Especialistas en Neurodesarrollo enfatizar la importancia de repetir palabras a los niños muchas veces. Una recomendación que solemos dar los Fonoaudiólogos es: «¡repetir, repetir y repetir un poco más!». Esto se debe a que la frecuencia de entrada afecta la tasa de aprendizaje del lenguaje infantil. Por ejemplo; los niños que escuchan más ejemplos de palabras aprenden el lenguaje más rápido que los niños que tienen una menor frecuencia de ejemplos de vocabulario.
Lee también: Toma Decisiones Difíciles Sin Tanto Rollo
4- Conceptual:
Las habilidades de aprendizaje del lenguaje se ven afectadas por el conocimiento de un niño de las palabras que está aprendiendo. Es decir, los niños que tienen dificultades para recordar ciertas palabras tienden a saber menos acerca de la palabra que están tratando de recordar. Por ejemplo; si un niño sabe qué es un perro, tiene un perro como mascota y sabe qué sonido hace un perro, le resultará más fácil recordar la palabra «perro» en comparación con un niño que ha escuchado la palabra «perro». pero no tiene una representación mental de él (por ejemplo, no está seguro de cómo se ve, qué sonidos hace, dónde vive, etc.). Esto enfatiza la importancia de no solo etiquetar las palabras a los niños; sino también explicarles las palabras y mostrarles ejemplos de las palabras.
Los libros son excelentes para esto porque los niños pueden estar expuestos a tantas palabras nuevas con ejemplos claros a los que, de otro modo, nunca hubieran estado expuestos en la vida real.
5. Lingüístico:
El vocabulario actual de un niño es algo que usa para inferir nuevos significados de palabras. Por ejemplo; si hay dos objetos frente a un niño y uno es un juguete con el que está familiarizado (por ejemplo, una pelota) y otro es algo con lo que no está familiarizado (por ejemplo, un dado) y un adulto dice: “¡Dame los dados!» Los niños monolingües generalmente le darán al adulto el elemento correcto a pesar de que no estén familiarizados con el término. Esto se debe a que a menudo utilizarán un proceso de eliminación.
Por ejemplo, dado que ya sabían cuál era la etiqueta de la pelota, pueden asumir que no es el objeto al que se refiere el adulto y, por lo tanto, a su vez alcanzarán el objeto desconocido y supondrán que este es el «dado» del que habla el adulto. Sin embargo, los niños bilingües a menudo no pueden utilizar este proceso porque son conscientes de que el mismo objeto a menudo ya tiene dos etiquetas (una etiqueta para cada idioma); por lo tanto, los niños bilingües a menudo usan otros medios para interpretar las etiquetas de los artículos y no pueden usar este principio de exclusividad mutua.
Si te gusto la nota sigue a Joana aquí.