Siempre nos dicen que la vejez es una etapa difícil, sin embargo no entendemos esto hasta que convivimos con personas que están en este momento de su vida.
Los hijos tenemos mucho que agradecer a nuestros padres y es una gran muestra de amor por ellos, dedicarnos o estar pendientes de sus necesidades en la vejez.
Queremos compartirte la historia y ejemplo de Sasha Galisky. Ella es una artista y terapeuta de arte que vive en Israel.
Según sus palabras, «enseña escultura de madera a los veteranos centenarios y hace dibujos». También da conferencias.
En una de ellas Elena Dolzhenko anotó los 10 consejos para tratar a los padres de la tercera edad. Acá las compartimos contigo:
No intentes cambiarlos
Cuando éramos niños, los adultos nos fastibiaban cada rato hablando del hijo de los vecinos que tenía mejores calificaciones en la escuela y que les obedecía a sus padres. Cuando se vuelven viejos, empezamos a decirles lo mismo: “Mira, la vecina sale a pasear todos los días, y tú te la pases en casa“.
No intentes obligarlos a hacer algo, no se van a modernizar. Solo podemos aceptarlos tal y como son. Si una persona fumó hasta cumplir 80 años, es poco probable que deje de hacerlo. Uno de mis clientes bromea: ”Hago ejercicio respiratorio hasta que se me acaben los cigarrillos».
No es momento de sentirse culpable
El sentimiento de culpa persigue a todo el mundo. Pase lo que pase, nos queda una sensación de que nos faltó hacer algo, darles algo o que nos portamos mal con nuestros padres. No te culpes. La culpa es del tiempo.
Cuídate y aprende a descansar. Si empiezas a vivir la vida de una persona de la tercera edad, de todas formas terminarás siendo culpable: te culparán de no haber podido hacer tu vida. ¿Por qué no te has casado? ¿Por qué no tienes hijos?
No entres en discusiones innecesarias
La agresión de las personas mayores proviene de la inconformidad con ellos mismos. Cuando aceptas la razón de la agresión, cuando le sonríes a tu familiar mayor y no respondes a su crítica, la agresión disminuye. Si le respondes, pierdes.
Debes saber cambiar el tema de conversación. Intenta en una conversación tranquila cambiar el rumbo de la charla. Este ejercicio te ayudará en una situación de conflicto.
No esperes que la comunicación entre ustedes sea como siempre
Cuando empiezacen a criticarte, intenta contenerte y luego entiende que no debes tomarlo a pecho: no solo son nuestros padres, son nosotros mismos dentro de 20, 30, 40 años.
Deja de discutir
Ellos no dan su brazo a torcer. Creen tener la razón en todo momento. Recuerda que las canas pesan y están llenas de experiencia. Pues eso también se lo creen. Por eso, no entres en discusiones inútiles. Compréndelos.
Compadécete, más no sientas lástima por ellos
La compasión es muy importante. Y también es fundamental saber distinguir entre compasión y lástima: son nociones totalmente distintas.
La lástima nos vuelve impotentes: al sentir lástima por otra persona, no podemos ayudarle. Mientras que la compasión puede ser diferente, tanto cínica como productiva.
Piensa bien lo que vas a contarles o a decirle
Quieren que seamos exitosos. Si visito a mis padres y empiezo a quejarme, ya no pueden ayudarme con nada. Por lo tanto, empecé a filtrar la verdad: existe la verdad buena y la que es mejor que no conozcan. Nuestro bienestar les garantiza el éxito, siempre hay que recordarlo.
Conoce sus «Fichas técnicas»
Hay que entender con precisión con quién tratamos. Es importante comprender lo que vive una persona que no ve, no oye, no puede ponerse de pie. Para comprender que es una persona ciega, intenta ponerte en sus zapatos: al menos, dibuja algo en la oscuridad.
Intenta que se distraigan
Cuando queremos proteger a nuestros padres de estafadores, todos los consejos están relacionados con el fortalecimiento de la defensa: poner una puerta de hierro, instalar una cámara de vigilancia, prohibirles acercarse a la puerta. En realidad, la respuesta es muy sencilla: solo debes ocuparlos.
Observa a la persona, dale cosas qué hacer. Si quieres que una persona se vaya rápido, simplemente siéntala sobre una silla a que el viento se lleve sus cenizas, no permanecerá mucho tiempo sentada.
Perdona
Es importante aprender a dejar los rencores en el pasado. Como en una computadora: la reinicias y empiezas a trabajar con ella de nuevo. Si hoy no perdonaste a tu abuelo, puede ser que mañana ya no esté aquí.Para perdonar, hay que tener fuerza. Inventé para mí la técnica «5 minutos»: salgo del cuarto, me siento durante 5 minutos sin pensar nada. Luego vuelvo con nuevas fuerzas para seguir compadeciendo.