Con estos años como mamá he descubierto algo que ya sabía pero dejaba pasa en el día a día, “la belleza de lo simple del día”.
Lo que embellece al desierto –dijo el principito- es que esconde un pozo en cualquier parte…
Por Deylin Hernández – @deylintics @baulmontessori
Así comenzó esta historia
Tengo 2 carreras profesionales una me llevo a la otra y a enamorarme de ellas: Educación e Ingeniería.
Como Ingeniera de Sistema me apasionaba crear y resolver problemas cotidianos siempre algo que era diferente.
Luego comencé a dar clases y me convertí en educadora, como maestra me acostumbre a que lo pequeño me deslumbrara como los abrazos incansables.
Las flores por la mañana del jardín de al lado, la mandarina que querían compartir conmigo, la piedrita que te traje de la playa.
Los niños ven con ojos de magia son observadores al punto detectivesco, se impresionan con casi todo lo que se le pone a su paso.
Recuerdo que con mi hijo mayor salía a cualquier lugar y me gustaba ir a pie porque el miraba el detalle de los edificios, de los autos.
Nos tardamos una hora más pues él aprendía de las calles, preguntaba cómo se llamaban y lo recordaba.
Observaba con muchísima atención todo lo que hay en ese entorno, los árboles, los logos, las casas antiguas, los perros.
Hasta los detalles de los insectos que se llevan las hojas de los árboles.
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El día que abrí los ojos
Al inicio como mama primeriza fue un descubrimiento, el año más difícil de la aventura materna descubrí todo lo que no te dicen de la maternidad aun así la amo.
Trabajaba sin parar y de repente descubrí mi entorno de la mano de mi hijo de 2 años.
Mi rutina era caótica, estresante, con necesidades que cubrir y sola con él.
Mientras yo lloraba porque no encontraba solución laboral, el me abrazaba y me traía flores de la grama las cuales yo nunca había visto por no detallarlas, nos bañábamos en la lluvia, caminábamos descalzos.
Creamos un ritual de llevarle comida a unas ardillas, me enseño a ser paciente más de lo que ya era.
A tener Fe en el amor, a creer en las palabras del corazón pero sobre todo a ver desde los ojos de un niño.
El me llevo a valorar lo simple, hoy en día tengo a mis 2 hijos y con la niña he visto cosas especiales también, experiencias únicas sobre lo simple.
Mi esposo dice que tengo kilos y kilos de paciencia y por eso logro ver esas cosas, pero saben que no siempre fue así.
A veces la rutina no me permite ver más allá de mi nariz y me ahogaba en un vaso de agua sin encontrar soluciones y todavía a veces me pasa, somos humanos.
La belleza de lo simple desde otro ángulo
Es aquí cuando me recuerdo la enseñanza de mis hijos, a ser realista todos los niños ven desde esta perspectiva, despierto mi paciencia al cubo.
Y me tomo el tiempo de observar mi entorno desde diferentes ángulos.
Noto que cuando puedo lo hago es fascinante comienzo a ver las salidas y soluciones que no había visto antes.
La belleza de lo simple del día, la puedes ver en cualquier minuto del día, y quizás me dirás: “No me digas que todo es fácil, que veo lo simple y todo se soluciona”, pues No.
No te lo diré, ya que es como el amor, si el amor, ese que se forja y se cuida todos los días.
Simplifica y tendrás mas que ver
Si eres hija, mamá, tía, mujer e incluso hombre en cualquiera de estos roles y me lee en este artículo.
No quiero decirte que el mundo está lleno de soluciones y no las ves.
Quiero decirte que es un mundo entero lo que puedes encontrar si miras con atención las cosas del día a día con los ojos de ese niño interior.
Para mí es un gran ejercicio para comenzar a ver las bendiciones con las que amanecemos cada día.
Tan mágico como agradecer por las cosas simples de esta cotidianidad. Optimiza tus días donde “Simplifiques y disfrutes”, todo llega y toma su tiempo.
Simplifica: no intentes hacer ni resolver todo, para un poco el tiempo, deja cosas para mañana, busca hacer menos cosas.
Busca tiempo y con paciencia disfruta de ver las cosas desde otra perspectiva.
Comienza a ver belleza de lo simple del día y guarda energía para poder disfrutarlo.
Más allá de las lágrimas y dolores de cabeza e incluso de las ojeras puedan ver que eres feliz con lo simple.
Por hoy me despido con la magia de lo simple que pueden encontrar el día a día, encuéntrame en @deylintics, hasta la próxima nota.