¿Te ha pasado de despertar en la mañana con un pecho más grande que el otro? o ¿luego de un tiempo de lactancia, has notado una marcada diferencia de tamaño entre tus pechos?
Por María Fernanda Betti – @eligeamamantarasesorías
¿Tu bebé tiene «preferencia» por uno de tus pechos?
Es ante estas situaciones que tomamos consciencia que nuestros cuerpos son «asimétricos»… ¿lo sabías?, ¿te ha pasado de mirarte en un espejo y ver uno de tus ojos más pequeño que el otro? o una oreja un poco más abajo que la otra?
Cuando somos mamás lactantes, nuestros pensamientos giran alrededor de dos cosas puntuales; nuestros pechos, bubis, tetas o cómo les llames. En esta etapa, las tocamos, las miramos, las investigamos… y es allí cuando descubrimos que nos son idénticas…
Si evidencias una marcada diferencia de tamaño entre ambos pechos, esto puede ser una señal de falta de tejido mamario en el más pequeño. En este caso, una consulta con un especialista sería oportuna.
En la mayoría de los casos, el problema radica en el factor «estético» viéndonos en la necesidad de «compensar» la diferencia con algún relleno en el brasier o evitando el uso de escotes muy pronunciados.
¿Qué puedes hacer para achicar diferencias?
*Principalmente, te sugeriría que te relajes y evites obsesionarte con el tema. De esa manera, podrás enfocarte en lo importante de la lactancia y en disfrutar de ella.
*Como ya te comenté en otras entradas, la producción de leche está directamente relacionada al estímulo que ejerce la succión del bebé en el pecho.
Si tu bebé tiene preferencia por uno de tus pechos, es posible que «el preferido» produzca más leche y su tamaño sea mayor. En ese caso, te sugiero que le ofrezcas por un tiempo en primer lugar el pecho que le gusta menos. De esa manera aumentarás el estímulo y es posible que aumente su tamaño.
*Otra manera de emparejar tamaños es a través del uso de un sacaleche. Puedes continuar con tu lactancia como lo haces habitualmente y comenzar a extraerte leche del pecho más pequeño.
¿Y qué pasará luego de la lactancia?
Una vez terminado con el período de lactancia es posible que el tamaño de los pechos se equiparen o que la diferencia sea casi imperceptible.
De algo estamos seguros… luego de ser madres «nada» queda igual en nosotras, ni por dentro ni por fuera… y la recompensa es tan grande que ninguna cuestión estética es capaz de opacarla.
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