El hambre es ese deseo físico por comer y alimentarnos. Sin embargo hay dos manifestaciones de hambre: la real y la emocional. Es indispensable aprender a diferenciarla y actuar ante ello.
El hambre emocional se deriva de otras necesidades afectivas como la compañía, la relajación, la seguridad, entre otros. Ésta generalmente te ataca cuando estás estresada, triste, agobiada, preocupada, impaciente o ansiosa. También, puede ser una costumbre muy arraigada que viva en ti o que adquiriste desde pequeña, sin darte cuenta, la cual puede ser perjudicial para tu salud.
Cuando tienes hambre emocional, tratas de satisfacer todos tus antojos, no tienes conciencia de la cantidad de alimento que consumes, tienes preferencia por comidas o muy dulces o extremadamente grasosas (sustancias químicas corporales que nos dotan de una sensación de satisfacción o logro).
Es vital que aprendas a discernir si tus ganas de comer son emocionales o reales. Cuando sientas el impulso por ingerir alimentos, detente y analiza el tipo de hambre que tienes. Aprende a identificarla, al hacerlo, estarás haciendo conciencia, analizas la situación y conoces más tu cuerpo.
Te has percatado que cuando estás muy ocupada o entretenida en algo no te da ni hambre, ya que tu mente se concentra. Cuando identifiques que tienes hambre emocional distráete en algo. Cuando te venga el impulso por comer, espérate 5 minutos antes de comerte el chocolate, dulce o postre; en ese tiempo serás capaz de analizar si realmente lo necesitas o solo es una excusa para acallar una emoción.
Hay aspectos determinantes que debes saber para aprender a diferenciar los tipos de hambre:
Hambre real:
- Puede esperar
- Aparece poco a poco
- Puedes comer cualquier alimento
- Te sientas bien cuando terminas de comer
- Dejas de comer cuando ya no tienes hambre
Hambre emocional:
- Tienes que comer ya, en ese instante
- Aparece de un momento a otro
- Tiene que ser necesariamente el alimento que se te antoja
- Sentimiento de cumpla por haber comido algo que no debiste
- Sigues comiendo aunque estés satisfecho.
Cómo acabar con el hambre emocional
Es importante que tomes mucha agua. Te recomendamos el agua de coco, te caliente o alguna infusión de frutas. De esta forma te estarás hidratando, el agua produce en tu estómago una sensación de saciedad.
No dejes trabajar a tu mente, cuando se te venga algún antojo no pienses en cómo resolverlo, al contrario, distráete o piensa en otra cosa. Haz ejercicio, lee un libro o realiza el hobby que más te guste.
También, come un snack saludable como manzana, palomitas de maíz, nueces o almendras.