Ella es Rafaela Silva, la protagonista de una historia que vale la pena conocer.
Rafaela tiene 24 años y es originaria de unos de los sectores más pobres y marginales de Rio de Janeiro, en la favela Cuidade de Deus (inspiración de la famosa película de Fernando Meirelles).
Según cuenta, pasó toda su infancia tentada por los uno de los pocos vicios que te permite la pobreza: la delincuencia.
Lo más terrible de aquel día, recuerda ella, no fue perder, sino llegar a la habitación de su hotel para hablar con sus familiares y amigos, y allí enterarse de todos los comentarios racistas que había recibido.
Incluso Rafaela pensó en dejar el Judo ese día. Sin embargo, tiempo después lo meditó y con ayuda de un psicólogo volvió a los entrenamientos, y adivinen..
Sí, fue campeona mundial el 2013…. Y campeona olímpica el 2016
Esperen… y no se supone que la “mona” debía estar enjaulada?
Sin duda, es un ejemplo de perseverancia. Rafaela demostró que no importan los comentarios y las malas vibras, lo importante son las ganas y el corazón que le pones a lo que más te gusta.